Bill Gates, el cofundador de Microsoft, y su esposa Melinda anunciaban este lunes que van a poner fin a su matrimonio después de 27 años, y una de las preguntas que surgen tras la noticia es cuál será el futuro de la asociación que ha reinventado el concepto de filantropía en el siglo XXI y ha apoyado una de las principales respuestas privadas a la pandemia de Covid-19, así como de otras empresas al margen de Microsoft en las que invierte su fundación, como Walmart y Caterpillar.
En el comunicado conjunto con el que el magnate de 65 años y su mujer hicieron pública su decisión a través de sus cuentas de redes sociales dicen que el destino de su matrimonio no afectará al trabajo de su fundación, la organización benéfica privada más grande del mundo. Pero hay matices.
El cofundador de Microsoft y la madre de sus tres hijos han invertido gran parte de su fortuna, estimada en 124.000 millones de dólares, en la Fundación Bill & Melinda Gates, que tiene entre sus objetivos mejorar la atención médica y reducir la pobreza en todo el mundo. Junto al mayor inversionista del planeta, Warren Buffett, también promovieron Giving Pledge, fundación que se reclama a los empresarios más adinerados que donen parte de su riqueza.

"Después de pensarlo mucho y trabajar mucho en nuestra relación, hemos tomado la decisión de poner fin a nuestro matrimonio", dicen Gates y Melinda en su comunicado, donde aseguran que continuarán su labor filantrópica unidos en la fundación, aunque no sigan juntos como pareja.
La propia fundación Bill and Melinda en un comunicado aparte del difundido por el matrimonio corrobora que la pareja "seguirá siendo copresidenta y fideicomisaria" y añade que "no se planean cambios en sus funciones ni en la organización".
Diferencias con el divorcio de Bezos
Forbes sitúa la riqueza de la pareja en 124.000 millones de dólares y sitúa a Bill Gates como la cuarta persona más rica del mundo, después de Jeff Bezos (57) de Amazon, Elon Musk de Tesla y Bernard Arnault de LVMH. La separación de los Gates llegan dos años después del divorcio de Bezos de MacKenzie Scott. En aquel caso hubo terceras personas y que sepamos eso no ha ocurrido con los Gates, cuyas razones parecen ser de otra índole. Cuando se produjo la ruptura del dueño de The Washington Post sí surgieron dudas dudas sobre el destino de Amazon por la importante estratosférica participación de la esposa del fundador de la tecnológica en la compañía. El divorcio de los Gates será uno de los más caros de la historia, aunque no batirá récord. Ese título es para Jeff Bezos: el fundador de Amazon tuvo que repartir su fortuna de 150 mil millones con su esposa MacKenzie en 2019 después de que saliera a la luz su romance con Lauren Sánchez.

Impacto en Microsoft
Por contra, la separación de Gates apenas tendrá impacto en Microsoft, dado que Bill dejó todas las labores de gestión de la mayor empresa de software hace un año y su participación es aproximadamente del 1 por ciento. Otra cosa son las compañías que, como Walmart y Caterpillar, están participadas por los Gates.
Desde hace 20 años, la fundación benéfica privada más grande y poderosa del mundo ha distribuido 55.000 millones de dólares desde su lanzamiento en 2000. Su dotación, que incluye donaciones anuales de Buffett, asciende a 49.800 millones de dólares.

La Fundación Gates, con sede en Seattle, se ha establecido como una de las organizaciones filantrópicas más influyentes del mundo, con un enfoque en la lucha contra la pobreza, las enfermedades y la desigualdad que se extiende desde el África subsahariana hasta los barrios pobres de América.
Una fuente de la Fundación Gates citada por Financial Times confía en que tras el divorcio la pareja siga implicada en las operaciones diarias de la organización, y mantenga la misma configuración y funcionamiento.
Melinda, por la igualdad de género, Bill, por las vacunas
Pero dentro de la fundación ya han separado los equipos alineados con los proyectos que le interesan a Bill y los que prefiere Melinda. El cofundador de Microsoft quiere impulsar nuevas tecnologías de salud, como las vacunas de ARN mensajero mientras que Melinda está más preocupada por la igualdad de género. Pero la idea es mantener una única fundación, aunque con divisiones distintas, una estructura que evitará perder parte de su influencia.

Melinda, sin duda la filántropa más importante y poderosa de la Tierra, lleva tiempo orientando sus trabajos hacia la protección de los derechos de las mujeres y las niñas, desde la planificación familiar hasta la salud materna. También fundó una empresa de inversión llamada Pivotal Ventures en 2015 para respaldar a los grupos que prometen impulsar el progreso social. Bill, que acaba de publicar hace semanas su libro Cómo evitar un desastre climático, reparte sus proyectos entre el medio ambiente y la salud, principalmente financiando el desarrollo de vacunas.
La influencia de Melinda
Se da por hecho que fue Melinda quien tomó la iniciativa e influyó sobre su marido para que Bill dejara su trabajo en Microsoft y se dedicara full time a la Fundación. El multimillonario aún dirigía no hace mucho tiempo las batallas de la compañía de software contra el Departamento de Justicia de EEUU, que peleaba contra la gigantesca compañía ante sus polémicas tácticas comerciales.
Dependiendo de los términos del acuerdo de divorcio al que lleguen los cónyuges, Melinda podría rozar la fortuna de la mujer de Bezos tras su separación. Forbes cifra en 60.000 millones de dólares la fortuna de MacKenzie Scott, de 51 años, o sea, cinco más joven que Melinda.
La mitad para cada uno
El estado de Washington (el matrimonio reside en Seattle) tiene una legislación muy clara sobre divorcio: requiere una sencilla división mitad por mitad de los bienes matrimoniales, a menos que la pareja hubiera llegado a un acuerdo prenupcial que, de momento, no se conoce o no se ha hecho público jamás. Puede haber otro tipo de arreglos pero de haberlos no han trascendido de momento.