Britney Spears está bajo la custodia legal de su padre, Jamie Spears, desde el 2008, cuando tuvo problemas de salud mental. Tras su recuperación, detectó algunos movimientos en sus cuentas con los que no estuvo de acuerdo y trató de recuperar el control de su carrera y su dinero. Aun no lo ha conseguido. El próximo 23 de junio, Spears, de 39 años, se sentará por primera vez ante el juez para exigir ser la dueña de su propia vida.
Lo ha confirmado su abogado, Samuel Ingham: "Mi cliente ha solicitado una audiencia en la que pueda dirigirse directamente al tribunal". Será la primera vez después de 13 años. Sus fans la han apoyado en este asunto, tanto que incluso lanzaron una campaña on-line que se hizo viral con el hastag #FreeBritney (Britney libre). Su novio, el modelo Sam Asghari, y sus dos hijos, fruto de su matrimonio con Kevin Federline, son su mayor apoyo en esta cruzada.
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La artista se ha negado a sacar más discos ni hacer giras hasta que tenga total libertad creativa y, sobre todo, para evitar que su padre se siguiera enriqueciendo a su costa. Ella recibe una paga semanal de 1.500 euros, pero su progenitor maneja su fortuna personal, que se estima en más de 200 millones de euros.