El príncipe Carlos de Inglaterra, heredero al trono de Reino Unido, ha reforzado su posición dentro de 'La Firma' tras la muerte de su padre y empieza a llevar a cabo los primeros movimientos para afianzarse en la institución. La última ha sido asumir el patronazgo de la Royal Philharmonic Orchestra, un cargo que le fue arrebatado a su hermano, el príncipe Andrés, tras filtrarse su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein, y que él deseaba recuperar cuando se calmaran las aguas.
La decisión del príncipe Carlos supone un mazazo para su hermano, pues lo aleja todavía más de la institución. Los expertos apuntan a que es muy poco probable que, después de este movimiento, Andrés pueda volver a formar parte de la Casa Real.

De hecho, los últimos acontecimientos, tanto la polémica de Andrés de York como la de Harry de Inglaterra, han provocado que el príncipe Carlos tome medidas drásticas para salvaguardar la reputación de la Corona. Siguiendo los pasos del rey Felipe VI, el heredero de la reina Isabel II quiere reducir el número de miembros oficiales de la familia real, que estaría formada únicamente por los duques de Cornualles (él y su esposa, Camilla), los de Cambridge (Guillermo y Kate Middleton) y los tres hijos de estos, George, Charlotte y Louis. Según los medios británicos, no puede hacerlo hasta que fallezca su madre, pero la decisión está tomada y ya se estaría preparando todo para llevarla a cabo.
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El príncipe Andrés se vio envuelto en una terrible polémica hace ya casi dos años, cuando salió a la luz su amistad con el magnate Jeffrey Epstein, acusado de prostitución y pedofilia. Algunas de las víctimas de este afirmaron que el exmarido de Sarah Ferguson había sido uno de los 'clientes' de Eppstein y se publicaron pruebas. Él trató de explicarse concediendo una entrevista para explicar su versión. Lejos de limpiar su imagen, la empañó todavía más, y finalmente tuvo que renunciar a sus deberes reales, pues muchas organizaciones para las que trabajaba renegaron de él.