El príncipe Felipe de Edimburgo mantuvo un vínculo único, pero complicado, con la princesa Diana de Gales. El marido de Isabel II comprendía mejor que nadie las dificultades de ser un "extraño" en la familia más famosa del mundo. También quedó "inicialmente encantado" por la bella y divertida Lady Di, según cuenta la escritora Ingrid Seward en su nuevo libro Prince Philip Revealed.
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"Una vez casada, nunca se sentaba al lado de su esposo; siempre se sentaba al lado de Felipe en las interminables cenas de gala, y él la cuidaba", cuenta la autora. El duque de Edimburgo también fue mediador en la crisis matrimonial del príncipe Carlos y Lady Di, a quienes pidió que "trataran de pensar en sus hijos, la monarquía y el país en lugar de sus problemas personales" cuando salió a la luz en 1992 el libro Diana: Her True Story, escrito por Andrew Morton y donde se revelaba el sufrimiento de Diana en la relación con su esposo.

Además, el príncipe Felipe también trató de aconsejar a Diana a través de diversas cartas, con la esperanza de poder influir sutilmente en ella y que recuperara la ilusión por su matrimonio. "Trató de hacerle enfrentar los hechos y lidiar con los problemas dentro de su matrimonio, explicando que conocía de primera mano las dificultades de casarse con un miembro de la familia real", explica Seward.
Felipe, que firmaba con las letras "Pa", inicialmente simpatizó con la difícil situación de Diana, llegando incluso a decir que Carlos cometió "una tontería al arriesgarlo todo con Camilla". "Nunca soñamos que él podría tener ganas de dejarte por ella. No puedo imaginar a nadie en su sano juicio dejándote por Camilla", le dijo en una de las notas. "Tal perspectiva nunca se nos pasó por la cabeza", alegó.

En otra carta, Felipe se ofreció a hacer todo lo que estuviera a su alcance para salvar su matrimonio. "Si me invitan, siempre haré todo lo posible para ayudarlos a usted y a Carlos lo mejor que pueda. Pero estoy dispuesto a admitir que no tengo talento como consejero matrimonial", escribió.
Estas misivas fueron respondidas por Diana, que le agradecía su ayuda. "Querido papá, me conmovió particularmente tu carta más reciente, que me demostró, si no lo sabía ya, que realmente te importa. ¡Eres muy modesto acerca de tus habilidades de orientación matrimonial, y no estoy de acuerdo contigo!", exclamaba la mujer del heredero al trono, que decía apreciar la "gran comprensión y tacto" de Felipe, cualidades por las que nunca ha destacado.

Pero las cartas del duque de Edimburgo no lograron curar la enorme brecha en el matrimonio de Diana. Con el tiempo, el vínculo entre los dos se derrumbó y su relación pasó del amor al odio cuando Felipe se enteró de las relaciones extramatrimoniales que mantenía. "Se dio cuenta de que el comportamiento de Diana estaba teniendo un efecto perjudicial en el instituto de la monarquía", señala la escritora.
La posición de Diana respecto a él también cambió. "Llegó a no gustarle el príncipe Felipe porque le resultaba imposible tratar con él. Podría ser un invitado a cenar, pero como suegro era demasiado crítico", pensaba Lady Di.
Estos posicionamientos enfrentados provocaron que el tono de las cartas se endureciese 1994 y 1995, cuando sus pareceres eran ya muy lejanos. Una amiga de Diana, la terapeuta alternativa Simone Simmons, contó hace más de una década que Diana le mostró "dos cartas que realmente la molestaron". Dichas misivas eran "extremadamente despectivas" y "muy crueles también". Incluso llegaron a dejar a Diana "enrojecida".
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