Marisa Martín-Blázquez ha sorprendido a sus más de 83.000 seguidores de Instagram al confesar cómo se comunica con su padre fallecido. La tertuliana de Mediaset ha desvelado que envía cartas a su progenitor, en una situación parecida a la que se vive en el cementerio francés de Charleville-Mézières, donde llegan misivas cada semana para el poeta Arthur Rimbaud.
La periodista ha contado lo que sucede en este cementerio galo: "Recibe al menos dos por semana. Monsieur Colin es el encargado del cementerio, también de la tumba del escritor y es quien recoge las cartas, las abre y guarda en cajas de zapatos. Del cielo al suelo y viceversa", comenzaba diciendo Marisa.
Aprovechando esta anécdota, la mujer del también tertuliano Antonio Montero ha reconocido que ella también manda cartas a su progenitor, fallecido desde hace muchos años: "Tengo que confesar que yo escribo cartas a un muerto. El destinatario, en cuestión, es mi padre. Desde que se marchó, físicamente, de nuestro lado le escribo una carta por mes. Padre hace muchos, muchos, años que se fue de estas latitudes, así que, entenderéis que tengo centenares de cartas guardadas", ha explicado.
"Tienen su sobre, su nombre escrito con mi caligrafía, en el reverso el mío, con mi dirección (ha ido cambiando a lo largo de los años) y hasta sus sellos. Tal cual. Yo soy de las que o hacen las cosas al detalle o no me embarco. El otro día, intentando poner orden en una habitación de mi casa, saqué las cajas (de zapatos –del suelo, al cielo–) con toda la correspondencia escrita a padre. Empecé a leer las primeras y me acordé de cómo me inventaba sus respuestas en cartas que, imaginaba, me devolvía él. Estoy absolutamente segura de que acertaría en cada una de sus palabras", ha añadido Martín-Blázquez.

Pero lo más sorprendente es que la periodista ha descubierto que su madre también ha mandado cartas a su padre después de muerto. "Madre me confesó que había tirado cientos de cartas que, cada día y desde que el amor de su vida se fue a otra dimensión, le ha estado escribiendo. Me sorprendió que ambas estuviéramos haciendo lo mismo ocultándonoslo y me cabreó muchísimo que no me hubiera consultado si me parecía bien hacer semejante barbaridad. Después entendí que esas cartas de mamá a papá eran sólo suyas y que qué derecho tengo yo para hurgar en semejante intimidad", ha sentenciado en una confesión que ha enternecido a sus miles de fans.