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Arrimadas, Villacís y el decapitado Ignacio Aguado: la teoría de las babosas japonesas

Begoña Villacís sentía tal admiración por Inés Arrimadas que cuando hace ahora dos años supo que el bebé que esperaba era una niña anunció llevaría el nombre de Inés, por aquel entonces diputada del partido Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña y mano derecha de Albert Rivera.

Mucho han cambiado las cosas para Begoña desde que nació Inés, la hermana pequeña de Paula y Jimena. Villacís se convirtió en Vicealcaldesa de Madrid y en lo personal se divorció del padre de las niñas y dicen que mantiene una relación con el periodista Rubén Amón. 

Las relaciones de Inés Arrimadas y Begoña no son ya tan buenas, aunque se mantienen unidas. Pero Villacís fue una de las personas con peso en lo que queda del partido que exigió la caída de Ignacio Aguado, imponiendo junto a otros barones de la formación la sustitución del hasta ahora vicepresidente madrileño por Edmundo Val, aunque la operación se haya presentado como una iniciativa personal del propio Aguado para designar  al abogado del Estado como candidato para competir con Ayuso, Gabilondo, Iglesias, Mónica García o Rocío Monasterio. 

Begoña Villacís se ha consolidado como número 2 de Martínez Almeida, de quien es amiga, pero la relación de Ciudadanos con el PP se ha precipitado al vacío a nivel nacional. La crisis provocada por la fallida moción de censura en Murcia fue la espita del estallido del Gobierno de coalición con el PP en la Comunidad de Madrid y el cataclismo obligó a los responsables del partido naranja a tomar medidas para atajar la sangría de miembros de la formación, que huyen para unirse al PP o simplemente se van. 

Decapitar a Aguado

La semana pasada, Inés Arrimadas tuvo que ceder a las exigencias de su ejecutiva y decapitar a Ignacio Aguado; es decir, la cabeza del partido se ha separado de parte de su cuerpo en un último intento por sanear la gangrena y parar una muerte lenta y dolorosa.

Las salamandras y otros bichos pierden una cola o una extremidad y luego la regeneran. Pero ahora investigadores japoneses citados por la revista Current Biology acaban de descubrir dos especies de babosas marinas capaces de autoguillotinarse, o sea de amputarse la cabeza, y regenerar en solo tres semanas un cuerpo nuevo.

Inés Arrimadas es la cabeza de Ciudadanos y hace días decidió decapitar a su propio partido en Madrid, es de suponer que con la esperanza de regenerarlo. Para contrarrestar la sangría de tránsfugas y desertores, la heredera de Albert Rivera ha puesto en marcha un plan que consiste en quitar a Ignacio Aguado y poner a Edmundo Val en Madrid. Ha debido ser un trauma para ambos. El abogado del Estado no quería el puesto y el ex vicepresidente salió llorando a decir que lo había nombrado él. Pobrecillos. Han debido pasarlo peor que Epi y Blas en una cama de velcro. A nosotros nos aseguran que Begoña Villacís y otros pesos pesados de lo que queda de la babosa naranja decapitada le pidieron a Arrimadas la cabeza (y el tronco y las extremidades) de Aguado como condición innegociable para no hacerse un Toni Cantó o pasarse al PP. Inés, sin grupo en el Senado, sin portavoz adjunto en el Congreso, sin Murcia, sin Madrid y sin Aguado, tiene hasta el 4 de mayo para regenerar la ruina que le dejó Rivera y que ella ha decapitado.

Mientras tanto, Pablo Casado se reúne con Albert Rivera y Marta Rivera de la Cruz, ex consejera de Cultura de Ayuso en Madrid. La escritora y periodista salió del Gobierno de coalición como todos los miembros de Ciudadanos, que fueron destituidos en bloque. Pero, a diferencia de lo ocurrido en otras consejerías, el equipo de Marta Rivera de la Cruz en Cultura es el mismo que había con la ciudadana. Además, Marta es amiga de Miguel Ángel Rodríguez, y alguna de sus colaboradoras se había pasado hace tiempo al equipo de Ayuso... ¿Llega por ese flanco la gran sorpresa de la integración de Ciudadanos y el PP?

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