Tiemblan Agustín e Isabel Pantoja. Se temen lo más grande, la revelación pública de los secretos familiares, la resurrección de antiguos rencores y rencillas pasadas. La isla de Supervivientes tendrá en Silvia Pantoja a la concursante que puede dar más juego si se pone a relatar episodios pantojiles con su prima Isabel como protagonista. Y seguro que también le dará lo suyo a Agustín.
Las dos cantantes ni se hablan, ni se llaman ni se escriben. Envidias sonoras, esculturales, discusiones, miradas de desdén, arreglos de cuentas entre las primas... Si Silvia suelta todo lo que sabe de los entresijos de sus primos más mediáticos puede arder Cantora, y no existe bombero que apague ese fuego.
No tenia bastante la tonadillera con sus problemas con Hacienda y con el duro distanciamiento con su hijo Kiko Rivera, y ahora se entera de que la prima a la que menos quiere estará, día tras día, contando los dimes y diretes de una familia que, dicen, tiene mucho que esconder. Silvia está al tanto de todo. Y no es de las que se callan, al contrario, lo ha demostrado con creces en sus últimas intervenciones televisivas, en las que ha atacado a Isabel por activa y por pasiva. Se avecina tormenta.
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