La Casa Real británica teme la onda expansiva de la entrevista de Oprah Winfrey a los duques de Sussex en la CBS, cadena que ha pagado casi sies millones de dólares por contar con tan ilustres invitados, según The Wall Street Journal. Tal es el miedo que suscita la emisión de esta intervención televisada de Meghan Markle y el príncipe Harry que la reina Isabel II no seguirá el programa que este domingo se difundirá en EEUU a las 17 horas, hora de Los Ángeles (2 de la mañana en España) y un día después en el Reino Unido.
Así se ha dejado entrever desde el entorno de la soberana británica, pero eso no significa que Buckingham no se prepare para las potenciales consecuencias de las declaraciones del benjamín de Diana de Gales y Carlos de Inglaterra.
La entrevista llega apenas dos semanas después de que, el pasado 19 de febrero, Enrique confirmara a su abuela que ni él ni su mujer volverán a trabajar como miembros de la familia real británica, tras haber decidido hace un año apartarse de la monarquía, empezar una nueva vida fuera del Reino Unido y ser financieramente independientes, en lo que entonces se conoció como el Megxit.
Tras esta confirmación, la decidió retirarle a su nieto los patrocinios honorarios que ostentaba y distribuirlos entre otros miembros de la familia. Tras el anuncio, el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión, se mostró "verdaderamente triste e impactado", por el comportamiento de su hermano.
Es el Sunday Times, muy cercano a palacio, el medio que ha dicho que la reina no seguirá el programa que este domingo se difundirá en EEUU, aunque ya está grabado en el rancho de la presentadora. Además, el rotativo señala utiliza la palabra "circo" para definir cómo describen los Windsor la conversación que se va a difundir entre Oprah, el hermano pequeño de Guillermo de Inglaterra y la actriz de la serie Suits. Por cierto que el periódico monárquico también habla de que la reina podría "adoptar represalias" si se vierten ataques personales en la entrevista.
La delicada situación que atraviesa el príncipe Felipe de Edimburgo, de 99 años, hospitalizado por una infección desde el 17 de febrero y que acaba de ser sometido a una intervención cardíaca, añade dramatismo al momento elegido por Harry y la ex actriz para ofrecer su entrevista. En el Palacio de Buckingham se considera particularmente inoportuna la ocasión.
La estrategia que varios medios británicos atribuyen a la reina es ignorar en lo posible la batalla dialéctica contra duques de Sussex y construir una cortina de humo a base de actividades públicas. Por ejemplo, Isabel II, con motivo del Día de la Commonwealth, aborde en un mensaje grabado y televisado todo sobre los efectos de la pandemia.
Será la guardia pretoriana de la monarca quien saldrá "en tromba" si las declaraciones de Enrique y Meghan incluyen invectivas contra la corona o ataques personales. "El estado de ánimo en la familia es: ¿Podría todo el mundo callarse de una maldita vez y podríamos seguir con el trabajo diario?", señaló un alto cargo de Buckinghan al Sunday Times.
Con todo, son Harry y su mujer quienes ocupan este domingo portadas en la prensa británica con motivo de la entrevista del nieto y la nuera de Isabel II con Oprah Winfrey, una intervención que está siendo comparada con la que Diana de Gales ofreció a la BBC en 1995, y en la que desveló sus problemas conyugales y sus conflictos personales.
Los cebos o adelantos difundidos estos días, extractos de la conversación que será emitida por la CBS en Estados Unidos, incluyen una declaración de Meghan en la que asegura que se siente libre para tomar sus decisiones, y añade que eso es algo que no pudo hacer mientras trabajaba para la Familia Real.
La supuesta mala relación con su concuñada, Kate Middleton, esposa de Guillermo, futuro rey de Inglaterra, ha generado especial inquietud. No olvidemos que hubo entre las esposas de los hijos der Lady Di varias peleas. Si la duquesa de Cambridge es atacada, se especula con que Buckingham retire a los duques de Sussex sus títulos nobiliarios, según el diario The Sun.