El momento In memoriam en cada gala de los premios Goya es uno de lo más especiales de la noche y en esta edición, como no podía ser de otra manera, ha sido histórico porque con ella se ha hecho justicia y homenaje a todas las personalidades del ámbito cinematográfico que se han ido en este último año.
La encargada de ello ha sido Vanesa Martín, interpretando una emocionante versión de Una nube blanca, canción de Lluís Llach con letra de Ana Belén, que quedó convertida así en Requiem de este año especialmente doloroso por las pérdidas para el cine español, muchas de ellas por culpa de esta maldita pandemia.
La cantante lució para su actuación en los Premios Goya un vestido largo inspiración esmoquin con solapa y bolsillos, haciendo un efecto de chaleco con tejido de pailleté sobre seda y con hombreras. Además, en uno de los hombros lleva un bordado de estrellas, hojas, flores y golondrinas negras en superposición y caída para darle un aire especial y rockero de la diseñadora Alicia Rueda.