La decisión de María José Campanario de callar y no arremeter más contra Belén Esteban, viene motivada por la imposición de silencio de su marido, Jesulín de Ubrique, quien ha pedido encarecidamente a su mujer que se deje de escribir cartas o comentarios en las redes sociales por el bien de sus tres hijos, víctimas colaterales de esta guerra mediática que no conduce a ninguna parte.
En especial, el diestro está preocupado por su hija Julia, quien dentro de dos meses cumplirá 18 años. Ya veremos entonces si sigue los pasos de su hermana Andrea y, al igual que ella, no comete el error de abrirse a las exclusivas y a los platós televisivos.
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De Julia dicen que es una joven muy disciplinada y sencilla, que hace una vida muy normal y que tampoco está de acuerdo con la polémica desatada entre su progenitora y la mal calificada como princesa del pueblo. Quiere una vida anónima y sin sobresaltos periodísticos.
Nada que ver con otras hijas de... como es el caso de Alejandra Rubio, hija de Terelu Campos y tertuliana de Telecinco, o Zayra Gutiérrez, hija de Guti y Arantxa de Benito, quien podría haber firmado por Supervivientes. Ellas sí se han convertido en objetivo directo de los paparazzi. Julia y Andrea van en otra onda.