Tom Brady (43) agrandó su leyenda el pasado domingo al ganar su séptimo anillo de la NFL tras vencer por 9-31 con sus Tampa Bay Bucaneers a los Kansas City Chiefs en la Super Bowl. Tras acabar el partido, se fundió en un apasionado beso con su mujer, Gisele Bündchen (40). El matrimonio ostenta una portentosa fortuna, que te desgranamos a continuación.
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Él es el mejor quaterback de todos los tiempos, mientras que ella es la modelo mejor pagada de la historia desde hace quince años consecutivos. Ambos, en definitiva, forman la conjunción perfecta entre el dinero y el amor, una mezcla que les ha llevado a ser la pareja de moda en Estados Unidos, con un patrimonio que alcanza los 500 millones de dólares.

Tras el fichaje del deportista el año pasado por los Bucaneers, se mudaron de Nueva York a Florida con sus hijos Vivian de 8 años y Benjamín de 11. Allí desembolsaron 17 millones de euros por una propiedad de 465 metros cuadrados en Indian Creek, donde también tienen propiedades otros rostros célebres como Julio Iglesias, Adriana Lima o Ivanka Trump.
No obstante, por el momento la flamante mansión ecologista y vanguardista que están preparando se encuentra en fase de construcción. Mientras tanto, pagan un alquiler de 62.000 euros al mes por una casa de siete habitaciones a primera línea del mar, según recogió Tampa Bay Times. También se han comprado allí un yate para salir a navegar con sus hijos.

Antes de trasladarse a Florida vendieron por 30 millones de euros su impresionante apartamento en el barrio de Tribeca, en Nueva York. No obstante, en el mismo edificio siguen manteniendo otra vivienda, hasta donde se trasladan cuando visitan al hijo mayor de la leyenda del deporte. Se trata de John Edward de 13 años, fruto de su relación con la actriz Bridget Moynahan.
El deportista y la modelo también vendieron por 33 millones de euros la casa de dos plantas que tenían en Brookline, a las afueras de Boston. Años atrás, antes de mudarse a un apartamento de Nueva York, Tom y Gisele vendieron su mansión de Los Ángeles por 40 millones de dólares. La transacción les supuso unas ganancias de 20 millones, ya que duplicaron el precio del inmueble.

En el patrimonio de ambos también se encuentran despampanantes coches. El más impresionante de todos es un Bugatti Veyron Super Sport, que está valorado en dos millones y medio de dólares y tiene una potencia de 1.200 caballos.
También un Rolls-Royce Ghost de 340.000 euros, un Ferrari M458-T de 193.000 euros, un Audi R8 de 140.000, un Range Rover de 90.000 euros y un Aston Martin DB11 de 140.000. Llama especialmente la atención el otro Aston Martin que tienen en el garaje, perteneciente al modelo de TB12 Vanquish S, que fue diseñado por él mismo y está valorado en 350.000 euros.
El matrimonio también se vuelca en causas sociales. Tom realizó una donación de alrededor de 7 millones para la investigación contra el cáncer. Gisele colabora con la ONU, con el Fondo Mundial para la Naturaleza, el St. Jude Children's Research Hospital, el St. Francis Food Pantries and Shelters y con otras asociaciones de Brasil, su tierra natal.

Además, invierten una gran cantidad de dinero en su salud. Tom tiene a su disposición a un equipo médico exclusivo, con quienes trabaja diariamente. Gisele, preocupada por su alimentación y la de su familia, cuenta con un chef personal, que les acompaña en casa desde hace años y les prepara una estricta dieta. También tienen un entrenador personal que hace las veces de amigo, guía espiritual, consejero, asesor en nutrición y fisioterapeuta.
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Los dos son amantes de la vida familiar y comparten gran parte de su tiempo libre con los pequeños. Les transmiten la importancia de cuidar al medioambiente y a los animales. De hecho, tienen en casa varios perros que estaban abandonados en la calle.