Los Bridgerton se ha convertido en la serie de Netflix más vista de toda su historia. El fenómeno de este drama histórico ambientado en el Londres de la Regencia ha arrasado entre los clientes de la plataforma, atraídos sobre todo por la historia de amor entre los protagonistas y las escenas de pasión que se desarrollan a lo largo de la primera temporada, la única grabada hasta el momento.
Dichos encuentros sexuales entre el duque de Hastings, interpretado por Regé Jean Page, y la cándida Daphne Bridgerton, cuyo papel representa Phoebe Dynevor, se cuidaron al milímetro y no se dejó nada al azar. Para ello se contrató a una coordinadora de intimidad, Lizzie Talbot, y se utilizaron pelotas de yoga para que los cuerpos de los actores no se tocaran en ningún momento.

Phoebe ha asegurado que la presencia de Lizzie fue clave para sentirse cómoda en todo momento, sin embargo, también ha reconocido que hubo una escena que le resultó muy complicada de grabar. Se trata de cuando su personaje se masturba por primera vez en su vida. Así lo ha recordado: "Sola, es una historia muy diferente. Las instrucciones eran muy claras: tienes que tener un orgasmo. Es algo muy difícil de ensayar, así que no lo hice. Te lanzas a ello".
Pero una vez más, la actriz contó con la ayuda de Lizzie, que le transmitía las órdenes del director y ejercía de intermediaria. "Creo que habría resultado una experiencia muy dura si ella no hubiese estado allí protegiéndome y velando por mí. Nadie quiere que un hombre le diga cómo fingir un orgasmo ante la cámara", ha alegado la joven.