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El extraño cuarteto de Corinna con el rey Juan Carlos y sus dos maridos

Se han escrito ríos de tinta sobre la relación del rey Juan Carlos y Corinna Larsen. Sin embargo, aún quedan detalles por contar sobre su apasionado romance. Según desvela Pilar Eyre, el Emérito formó una extraña familia con la exprincesa alemana y con los dos exmaridos de esta, el financiero Philip Adkins y el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein.

Pero antes de ahondar en esta revelación, la periodista habla del intenso amor que había entre don Juan Carlos y Corinna en su artículo de Lecturas. "¡Nunca he visto a un hombre tan perdidamente enamorado!", le confiesa a la periodista la presidenta de una fundación que comió con el Rey y con la propia Corinna durante los premios Laureus de Barcelona, donde la amante del Emérito ejercía de anfitriona. "Se sentó junto al Rey, hablaba regular en español y en inglés y estaba al tanto de nuestro trabajo. ¡Olía muy bien!".

Mientras estos actos tenían lugar, doña Sofía se quedaba en Zarzuela. "Estaba obligada a quedarse en Madrid, sufría en silencio, aunque estaba ya al cabo de la calle de la relación. Corinna ocupaba una casita cerca de la Zarzuela, donde el Rey pasaba las noches", recuerda Eyre. "Su hijo recorría los bosques con una moto que le había regalado don Juan Carlos, al que quería mucho", alega.

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Para el Rey emérito, Corinna fue una amante diferente al resto. Cuando la conoció, estaba deprimido, sus relaciones amorosas era rutinarias, no tenía salud ni ilusiones... La periodista asegura que "su relación con Sofía llegó a ser tan mala que le pidió al ministro de Exteriores que no lo programara viajes ni actividades con ella". "No puedo soportarla", llegó a decir en alguna ocasión.

Y en esas estaba cuando llegó Corinna a su vida. "Se enamoró con todas sus fuerzas. Primero le atrajo su belleza, porque es el tipo de mujer que le gusta: elegante, alta, rubia,... Y después se prendó de su carácter, porque era muy distinta de sus amantes habituales. 'Una mente de hombre en un cuerpo de mujer', confiesa ella misma", explica Eyre.

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"No era sumisa ni frívola ni cortesana, y esto le gustó a Juan Carlos, que, después de estar dos días con ella en La Garganta, supo que se había enamorado. ¡A partir de entonces, su vida cambió para siempre! Solo pensaba en ella, en cómo pasar más tiempo juntos, cómo oficializar su estatus", añade la experta en Casas Reales.

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Tal era su arrebatado amor que incluso se planteó casarse con ella: "Intentó separarse de la Reina para contraer una especie de matrimonio morganático con Corinna, pero cuando se lo propuso a Rajoy, este lo disuadió. Llegó a hablar con sus hijos, quienes se indignaron. Se hizo amigo íntimo del primer marido de Corinna, que se convirtió en su paño de lágrimas cuando la alemana se iba a Londres y lo dejaba solo. Viajaban los cuatro formando una extraña familia, y a veces se unía a ellos el segundo marido, Casimir, con su novia. Nadie sabía cómo explicar estos desplazamientos, pero entonces la prensa callaba", cuenta Pilar Eyre.

Corinna se convirtió en el gran apoyo del monarca: "Se ocupó de don Juan Carlos en unos años en los que la familia lo tenía marginado, quizá por su culpa (...) En la operación del Clínico de Barcelona solo estaba Corinna cogiéndole de la mano, una mano fuerte que no lo soltó ni un momento, solo cuando la Reina acudió obligada al hospital y posó para los fotógrafos. Pero don Juan Carlos no hacía más que repetir: 'Corinna, ¿Dónde está Corinna? Que venga Corinna", ya la princesa fue dos días después y estuvo con él hasta que se curó por completo", dice la periodista.

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Pese al gran amor que se profesaban, lo suyo terminó y ahora no mantienen ningún tipo de relación. Incluso ella ha declarado contra el general Sanz Roldán, a quien acusa de amenazarla por mediación del Rey Emérito. Así es el triste final de una relación que pudo terminar en boda... y en un escándalo mundial aún mayor.

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