Isabel Gemio ha vuelto a la primera plana de los medios por su polémica entrevista a María Teresa Campos. Desde Telecinco se frotan las manos y rebuscan en el pasado de la que fuera presentadora de Sorpresa, sorpresa. El último en sacar los trapos sucios de la periodista ha sido Kiko Hernández, quien ha desvelado un oscuro suceso del pasado.
Todo comenzó cuando una mujer que trabaja en casa de Gemio llamó un día a la garita de seguridad de su urbanización pidiendo ayuda: "Les dijo por favor, por favor, Isabel ha muerto". Al parecer, los trabajadores corrieron hasta la vivienda e intentaron ayudar a la presentadora: "No respiraba, uno de ellos empezó a darle golpes en el pecho y ella volvió a la vida".

Según el testimonio de Kiko, todo fueron abrazos y emoción. Tanto Gemio como su entonces marido, Nilo Manrique, estaban muy agradecidos a los empleados por salvarle la vida. Sin embargo, todo cambió horas después. "Por la tarde les llegó a la garita de seguridad una denuncia por haber llegado dos minutos tarde", sentenciaba el tertuliano de Sálvame.
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Las palabras de Kiko van en consonancia con otros testimonios que han salido a la luz en los últimos días de personas que acusan a Gemio de gritarles y tratarles mal. Estos comentarios han molestado a Isabel, quien ha tomado la palabra para defenderse.
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La presentadora asegura que "la mayoría" de esas personas que han trabajado con ella "reconocen lo que han aprendido, como yo he aprendido de mis maestros". Y sentencia: "¡Si hubieran vivido la época en la que yo era joven! ¿Gritos, golpes en la mesa, insultos? ¡Eso sí que es inaceptable! Yo le he dicho a un jefe: a mí no me ha gritado mi padre y no me vas a gritar tú. Jamás he gritado a nadie, jamás le he faltado el respeto a nadie".