Es el hijo más pequeño de Diego Armando Maradona, tiene siete años y nació durante la relación del Pelusa con Veronica Ojeda. El ojito derecho de su papá, su niño del alma, un chaval que sigue preguntando por su progenitor cada día. Le cuesta comprender que ha muerto, que no volverá a verle nunca más. Se le ha visto varias veces con su madre en el cementerio donde descansan los restos mortales del 10.
No entiende desafueros familiares, ni tan siquiera de temas de herencias, pero se da cuenta de que sus hermanos, Giannina, Dalma, Diego jr y Jana, le han dejado totalmente de lado. Ni una sola llamada, ninguna visita, el silencio absoluto.

Fue el novio de su madre, el abogado Mario Baudry, quien desveló tan dura circunstancia en un programa de la televisión argentina: "Ninguno de ellos se interesa por él, Dieguito lo está pasando muy mal, la muerte de su padre le afecta muchísimo, y la actitud de sus hermanos no es de recibo. Ni le llaman ni le ven. Que no sean hijos de la misma madre no significa que le ignoren. Me da mucha pena", declaró.

Hace unos días, el crío preguntó a Verónica si podía llevarle a la casa de su padre en el cielo, que quería verle y estar a su lado. Dicen que estas fiestas navideñas fueron muy tristes, porque Dieguito tenía previsto pasarlas con el icónico futbolista.