Otea el futuro cual vidente experta, hace predicciones que ni los propios científicos son capaces de vaticinar... La ex princesa del pueblo pretende convertirse en el oráculo de Sálvame, augurando que "la tercera pandemia será mucho peor que la primera".
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En lugar de dar ánimos, asusta a sus miles de seguidores sin darse cuenta del daño que puede hacer con sus dramáticos e innecesarios vaticinios.

Belén Esteban no es consciente de su negatividad, suelta lo primero que le viene a la mente sin calibrar los efectos secundarios. Le quita el puesto a Rappel por obra y gracia de su ignorancia. A veces sería mucho mejor que mantuviera la boca cerrada antes de augurar lo que los expertos no confirman. Bastante mal estamos los españoles por culpa de este coronavirus, como para que se alarme a una sociedad intranquila por las circunstancias.
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Precisamente, por su popularidad, Belén tendría que ser más precavida en temas que desconoce, no es de recibo convertirse en pitonisa televisiva en tiempos de crisis. Zapatero a sus zapatos, que dicen los castizos.