El coronavirus ha alejado a muchas personas de sus seres queridos. Ser prevenidos contra la enfermedad es clave y, por ello, las personas intentan reducir sus contactos al máximo para evitar la propagación de los contagios. Se trata de una situación muy complicada, tal y como ha confesado Karlos Arguiñano en su visita a El Hormiguero.
"Estamos atravesando un momento difícil. Esto está siendo muy duro. Sobre todo, para toda esa gente que se ha ido", ha lamentado el famoso cocinero, que hablaba de su situación familiar: "Yo tengo 11 nietos y, en nueve meses, no he abrazado a ninguno. Eso es lo que más duro se me está haciendo", ha contado visiblemente emocionado.

El chef, que presentaba su nuevo libro, 900 recetas que siempre salen bien, ha expresado sus esperanzas para que pronto pueda llegar la vacuna y poder así volver a tener entre sus brazos a sus nietos, a quienes está muy unido y por los que siente un gran cariño.
Lea también - Karlos Arguiñano, rico 'con fundamento': tiene un patrimonio de más de tres millones de euros
Durante su charla con Pablo Motos, Arguiñano ha sorprendido a los espectadores al confesar el empleo que realizó cuando hacía la mili. "Yo la hice con el padre de Iñaki López. Juntos nos fuimos por diferentes peluquerías para vender laca de uñas y pelucas. Nos las probábamos delante de ellos para intentar que las comprasen", ha rememorado entre risas.
Asimismo, Karlos ha aprovechado para reivindicar la buena alimentación. "Que seamos el país europeo con más obesidad infantil no lo puedo aguantar. Eso es culpa de los padres. Y no estoy aquí para reñirles, pero sí para avisarles. Un niño con exceso de peso difícilmente va a ser feliz. La buena alimentación es crucial", ha explicado el chef, que dejaba un último consejo: "Hay que comer un poco de todo y mucho de nada".