Tamara Falcó, marquesa de Griñón desde que el ministerio de Justicia oficializara el título de su padre, Carlos Falcó, ha tomado por costumbre saltarse las normas anti Covid-19 y después pedir perdón o explicar patrañas inconcebibles. La última escapada con amigos durante el puente de la Constitución y la Inmaculada a una casa rural de lujo en Ronda fue según ella cosa de trabajo: los dueños del hotelito le pagaron por estar allí como una reina, con su novio Iñigo Onieva, su primo Álvaro Falcó, la novia de su primo (Isabelle Junot) y demás pandi.
Resulta que la empresa de sus caseros ocasionales, un proyecto apadrinado por el diseñador francés Philippe Starck, "contrató" a la aristócrata para que les hiciera el honor de pasar en su complejo de Ronda, por el morro y con sus amigos, esos días en los que la gran mayoría de la población tenía prohibido salir de Madrid o entrar en Andalucía.
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Flaco favor el que esta empresa, tildada de ecológica, responsable y sostenible, que opera bajo en nombre de LA Organic, ha hecho a la sociedad a la que pretende salvar con un proyecto aparentemente tan responsable, cuando no hay nada más irresponsable que exhibir un ejemplo tan peligroso cuando las autoridades están pidiendo a la población lo contrario de desplazarse.
Pero la marquesa, a pesar de las restricciones que hay en toda España, que prohibía en esas fechas la libre circulación entre provincias, volvió a saltarse la norma que vale para todos. Y pocos días después de pedir perdón públicamente en El Hormiguero, programa en el que colaborara con Pablo Motos, volvía a tener que explicar la ridícula razón de su bula para viajar, dejando a sus supuestos pagadores a los pies de los caballos.
Tras esta nueva falta de respeto hacia todos aquellos que se quedan en sus casas por responsabilidad, las voces se han levantado contra ella. Las redes han puesto una vez más el grito en el cielo por considerar que no se puede permitir Tamara, por muy marquesa que sea, pueda tomarnos el pelo a todos. Pero por encima de todas estas voces hay una totalmente autorizada que se ha dirigido a ella para decirle que basta ya de frivolidades por muy enamorada que esté. Se trata de su madre.
La bronca de mami, o sea
Según ha podido saber Informalia, Isabel Preysler ha echado un buen rapapolvo a su hija. La filipina siempre ha sido muy cuidadosa con todo lo que tiene que ver con su trabajo y, fundamentalmente, su imagen pública. Ella siempre ha sido consciente de que su imagen va ligada a las de las marcas que la patrocinan. Preysler sabe que el comportamiento de su hija podía perjudicar no solo su imagen, sino también la de las firmas que promociona. Y así se lo ha hecho saber a Tamara, llamada a ser su sucesora en estas cuestiones.
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Un excelente momento profesional
Tamara está en su momento profesional más dulce. Le llueven las ofertas y los ingresos publicitarios. Con su participación en Masterchef Celebrity, programa que ganó, su popularidad creció al permitir que se conociera a una Tamara inocente, cercana y muy natural. Algo que pudimos conocer un poco más en Cocina al punto con Peña y Tamara, el espacio de cocina que le dio TVE, aunque no con los resultados de audiencias esperados. Pablo Motos la fichó para su Hormiguero y ahora además graba El Desafío, un nuevo programa de Antena 3 que pronto veremos.
Las marcas también se pegan por ella. Pero todo esto se lo puede cargar de un plumazo. A las firmas no les gusta que sus embajadores den mal ejemplo. De la misma manera que la gente puede comprar un producto porque un famoso que les cae bien se lo recomiende, dejan de comprarlo porque ese mismo famoso no se comporte adecuadamente. No es la primera vez que en las redes se llama a un boicot a determinadas marcas por cuestiones parecidas.
Isabel Preysler, consciente de todo ello, le ha dicho a su hija que si quiere vivir de esto tiene que llevar un estilo de vida adecuado y ejemplarizante. Isabel no exime a su hija porque esté enamorada, y menos teniendo en cuenta que, como adelantamos en Informalia, Iñigo Onieva no es santo de su devoción, y hasta le ha investigado.
De un tiempo a esta parte, Tamara está generando diversas polémicas por saltarse el las normas sanitarias, las horas, los toques de queda, salir de las ciudades perimetradas de manera continuada. Isabel sabe que esto puede ser motivo para que pierda la confianza de esas marcas y tire por tierra mucho de lo que ha conseguido hasta ahora. Las redes tienen mucho poder y en ellas se está criticando duramente la actitud de Tamara por su comportamiento, que tachan de irresponsable.
Isabel también teme que su hija adquiera un estilo de vida similar al que lleva Iñigo Onieva. El joven tiene una familia excelente y con una buena posición, pero a él le persigue una fama de cabecita loca. De hecho, son múltiples las conquistas que se le achacan al novio cañón de Tamara, casi diez años menos que la hija de Carlos Falcó. Mamá Isabel teme que su ojito derecho sea una más en el noviómetro del ingeniero.
Por eso en su charla con Tamara fue clara. No quiere que vuelva a pasar. Nada de saltarse el confinamiento, por mucho que lo intenten encubrir con que "son cosas de trabajo", ni salidas nocturnas que se alarguen más de las 12 de la noche. Dicen que Tamara está cegada de amor por Iñigo y no hay más que ver su comportamiento público para darse cuenta, pero a la matriarca del clan Preysler lo que más le preocupa es que después de todo lo que ha trabajado para labrarse un futuro laboral prometedor Tamara lo tire todo por la borda por una relación que apenas acaba de empezar. Y mucho menos ahora que acaban de otorgarle el título de marquesa de Griñón. Habrá que ver si Tamara lo ha entendido y hace caso a su madre o continúa machacando su imagen con actitudes irresponsables.
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