Los caprichos de Isabel Pantoja en prisión: comía a la carta, su compañera de celda, que trabajaba en al cocina, cubría sus apetencias culinarias. Gambones, caña de lomo, y jamón de pata negra, se los hacía llegar su familia a la cárcel.
Isabel Pantoja vivía como una reina en prisión, según la periodista Ángela Portero. Comía lo que le apetecía y sus familiares le hacían llegar sus caprichos gourmet. Un privilegio que solo tenía ella. Mientras que a los presos solo les llegan cartas libros o ropa, a ella le llegaba comida de calidad. "Cuando le gusta el menú, comía lo mismo que las demás, pero casi siempre le pedía a su compañera que le hiciera una pechuga de pollo con alguna verdura". La compañera de celda, en prisión por su adicción a las drogas, se convirtió en el paño de lágrimas de Isabel Pantoja, su carácter la convirtió en la mejor amiga de Isabel, pero a la tonadillera no le gusta compartir y a pesar de los múltiples favores de su compañera, nunca le ofreció ni medio gambón. Algunas presas han confirmado a Ángela Portero que incluso tenia su propio microondas. "Y no solo traía comida a prisión, sino que en alguna ocasión, hizo la compra en el economato, porque se vende todo a precio de coste, para llevárselo a Cantora". Los economatos venden productos a precio de coste, la finalidad es que los presos utilicen las tarjetas donde se les ingresa 100 euros semanales para su estancia en prisión, Isabel hacia la compra para llenar Cantora y así se ahorraba unos euros.