Las exigencias del papel le han jugado una mala pasada a George Clooney (59). El veterano actor tuvo que someterse a una estricta dieta para su próxima película, Cielo de medianoche, lo que le ha provocado estragos en la salud. Tanto es así que ha estado hospitalizado por pancreatitis.
En la película, en la que es tanto el director como el protagonista, interpreta a un científico que sobrevive a una catástrofe mundial y que queda atrapado en el Ártico. Un papel para el que tiene que quitarse unos cuantos kilos en tiempo récord. Cuatro días antes de que el rodaje comenzara y después de adelgazar más de 11 kilos, el protagonista de Gravity ingresó en el hospital tras encontrarse mal.
Estuvo ingresado durante varios días. La recuperación fue lenta pero afortunadamente mejoró y retomo sus labores frente a las cámaras del set: "Me llevó algunas semanas mejorar y, como director, no es tan fácil porque necesitas energía", ha confesado a The Daily Mirror. La película de Clooney se estrena en los cines españoles este viernes y estará disponible en Netflix.
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Al parecer, el oscarizado actor no hizo la dieta como debía y su salud notó las prisas: "Creo que me esforcé demasiado para perder peso rápidamente y probablemente no me estaba cuidando".
El afamado intérprete se metió en el papel en todos los sentidos, hasta el punto de que deterioró su imagen por completo: "Me dejé una barba grande y fea y a mi hijo le encantó porque escondía cosas en ella de las que yo no me daba cuenta hasta que llegaba al trabajo y yo decía,' Oh, hay un palito de helado atascado en mi barba", ha confesado.
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Cuando se cortó la barba colmó de alegrías a su mujer, Amal Clooney (42), y a su hija: "Mi esposa y mi hija estaban muy felices cuando me la quite porque era muy difícil encontrar una cara debajo de todo ese lío". Junto a la abogada tiene a los mellizos Elle y Alexander de seis años.
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