Este jueves la familia Franco entrega las llaves del Pazo de Meirás, que pasa a formar parte del Patrimonio Nacional. La vicepresidenta Carmen Calvo se entrevistó este miércoles con el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo para discutir el futuro uso de la que ha sido residencia de verano del dictador y su familia durante 82 años y donde se celebraron importantes acontecimientos familiares como las bodas de algunos de los nietos de Franco.
En las últimas semanas, técnicos de la Xunta, de Patrimonio Nacional, arquitectos, un arqueólogo y una historiadora de arte trabajaron contra reloj para realizar el inventario de lo que había en el interior pero, dada la ingente cantidad que se encontraron, solo han podido hacer una relación de 697 objetos.

Hay habitaciones hasta ahora desconocidas donde se guardan decenas de cuadros, muebles antiguos, lámparas de araña, esculturas en bronce, porcelanas, relojes, tallas religiosas, tapices y cuadros de gran valor, que serán examinados por expertos en un trabajo aparte, ante la sospecha de que pudieron haber sido 'expropiados' por los Franco del Patrimonio Nacional.
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La comisión ha tratado de diferenciar lo que estaba allí desde los tiempos de la escritora Emilia Pardo Bazán, propietaria del hermoso monumento, de lo que ha sido de uso privado de la familia Franco. De ahí que no hayan abierto cajones, armarios o baúles y que tampoco tuvieran en cuenta los enseres de los baños o la cocina.

Y a pesar de que al ser declarado el pazo Bien de Interés Cultural, el público podía visitar muchas de sus estancias de las que existen fotos ya publicadas, los técnicos que ahora han recorrido todo el interior se han llevado sorpresas mayúsculas. Entre los 697 objetos inventariados había algunos con varios siglos de antigüedad y de incalculable valor que la familia de Francisco Franco, militares sin patrimonio ni afición al arte, o la de su esposa Carmen Polo, burgueses asturianos sin gran fortuna, han adquirido o les han 'regalado', mientras Franco ejercía una dictadura donde no existía la trasparencia ni nadie podía discutir sus órdenes o deseos.
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Entre los 13.000 libros repartidos en las tres bibliotecas hay volúmenes procedentes de la Real Biblioteca, que es Patrimonio Nacional. ¿Cómo llegaron al pazo? ¿Y cómo llegaron igualmente alfombras de la Real Fábrica de Tapices? ¿Y objetos de la Corona y de la Familia Real, que estaba en el exilio durante el mandato de Franco?

¿Cómo "viajó" a Galicia la pantalla para la chimenea del comedor de gala del Palacio Real de Madrid y una mesa vitrina de la Sala de Música, también del Palacio Real?
¿Cómo explicar que las cortinas de seda de la sala de recibir de la reina Victoria Eugenia, en el Palacio Real de Madrid, se convirtieran en la tapicería de los sofás de un salón de Meirás?
Sobre otras dos obras de inmenso valor, las estatuas de piedra de Isaac y Abraham, hoy en la capilla del pazo y que proceden de la fachada románica de la catedral de Santiago, los Franco ganaron en su momento el juicio del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, que exigía su devolución. Argumentaron que las habían comprado a un particular, aunque sin aportar documentación sólida. Todo indica que habrá una nueva reclamación. Corren malos tiempos para los herederos del Caudillo.

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