
Los nietos y otros familiares del rey Juan Carlos no solo usaron las tarjetas black para pagarse viajes en Uber y todo tipo de caprichos sino que disponían de una tarjeta de El Corte Inglés cuyos gastos pagaba Nicolás Murga Mendoza, el teniente coronel del Ejército del Aire, ayudante de campo en la Casa Real y presunto testaferro del Emérito, para ir a los conocidos grandes almacenes y llevarse lo que quisieran. También acudieron con las tarjetas de crédito a otros conocidos centros comerciales.
Tal y como publica este martes El Confidencial, a este oficial le llegaban las transferencias de ingentes cantidades de dinero enviadas por el multimillonario mexicano Allen Sanginés-Krause: más de 250.000 euros al año, la cantidad supera la cuantía que marca el límite para que un fraude a Hacienda por transferencias no declaradas se convierta en delito fiscal, castigado con hasta cinco años de prisión.
La infanta Elena y su hermana Cristina, y algunos de los nietos de don Juan Carlos, sobre todo Froilán y Victoria Federica, disponían de tarjetas gratis total, tarjetas mágicas: podían comprar lo que quisieran sin pagarlo. O mejo dicho, sin pagarlo ellas ni los jóvenes Borbones. Porque las llamadas Royal Black se cargaban a la cuenta nutrida con los fondos que Sanginés-Krause, el mexicano (y antiguo directivo de Goldman Sachs) enviaba al Emérito "por amistad", según ha declarado el propio empresario.
Reconocimiento expreso
La investigación en torno a Juan Carlos I por usar dinero sin declarar se limita a tres ejercicios fiscales. Las entregas de dinero comenzaron presuntamente en 2016, dos años después de que Juan Carlos I abdicara y perdiera su condición de inviolable, y no se detuvieron hasta 2018. Los fondos enviados por el inversor inmobiliario mexicano, usados para pagar gastos privados de Froilán y Victoria Federica y otros Borbones abonados al 'todo gratis, han salido a la luz gracias al propio don Juan Carlos: ahora, y con el objetivo claro de eludir posibles consecuencias penales derivadas de este escándalo, el Emérito ha presentado ante Hacienda la regularización de estas transferencias.
La yegua de Victoria Federica
Los fondos del financiero mexicano, como ya recogimos en Informalia, también fueron utilizados por la infanta Elena para comprar una yegua de competición para su hija Victoria Federica. El mantenimiento del equino fue abonado con el mismo método, al igual que unas clases de piano que aparecen en la investigación.
Caprichos
Si bien la ley dice que se pueden presentar este tipo de declaraciones antes de que haya querella, es público (y por tanto conocido por el propio don Juan Carlos y sus asesores) que la Fiscalía del Tribunal Supremo investiga al menos desde el pasado mes de noviembre las transferencias de Allen Sanginés-Krause que sirvieron al padre de Felipe VI para pagarse vuelos, hoteles, restaurantes y otros gastos y caprichos propios y de sus familiares.
Gracias al oficial presuntamente utilizado como testaferro, el rastro del Rey emérito quedaba oculto y, de cara a la Agencia Tributaria, se trataba de gastos efectuados por el propio coronel. Pero al cruzar los pagos de Murga con el salario del militar saltaron todas las alarmas. Las investigaciones apuntaron en un primer momento solo a don Juan Carlos pero, tirando del hilo y tras nuevas averiguaciones, aparecieron los nombres de las infantas Elena y Cristina. Fueron varios los familiares que se beneficiaron de ese sistema para disfrutar de fondos opacos, es decir, para coger lo que quisieran sin pagarlo ellos.