Sus vecinos le llaman el marquesito de Galapagar pero la verdad es que al vicepresidente Pablo Iglesias le entra urticaria cuando al aristócrata morado le hablan de cualquier tema relacionado con nuestra Casa Real, y pasea su republicanismo con pasión; le da igual formar parte del Ejecutivo del Reino de España, y su cargo no frenar sus gestos anti monárquicos.
A sus 42 años, el hombre de la coleta eterna, el gentleman de los trajes grandes, el paladín de Unidas Podemos, va a su bola y es una caja de sorpresas. La última ocurrencia del vice ha sido dejar de seguir en Twitter a la Casa Real, no sabemos si es porque ya cuenta con su corte particular, plagada de sus antiguos alumnos y alumnas, esos que siguen a pies juntillas al maestro de Vallecas reconvertido en número 3 del Gobierno.
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Este gesto de abandonar a los Reyes o dejar de seguir a la Casa Real en Twitter no tiene más importancia por supuesto que la imagen. Pero no es el primer 'divorcio' que escenifica Pablo Iglesias de Felipe VI y Doña Letizia. "Cuando nosotros decimos democracia, lo importante es que el Jefe del Estado sea elegido a través de unas elecciones y Felipe de Borbón tendría posibilidades de ganar", decía no hace mucho Iglesias, un discurso que mezcla cierta simpatía hacia la persona del Rey pero con la firmeza de un republicano convencido. El líder de Podemos asegura que su partido no era por naturaleza republicano, sino defensor a ultranza de la Democracia.
Los ataques a la Casa Real, la institución, son habituales desde la filas del partido morado. Desde preguntas parlamentarias constantes sobre los escándalos de don Juan Carlos o Iñaki Urdangarin hasta guiños constantes e indisimulada complicidad con el separatismo más radical.

Su aparente cordialidad con el Rey o con Letizia es intermitente. Un día el vicepresidente escolta a Felipe en una visita de Estado a Bolivia y al siguiente le borra de su Twitter. Iglesias fue extremadamente crítico con el discurso de Felipe VI a consecuencia de la crisis catalana, como cuando le afeó con vehemencia que Su Majestad no dirigiera en su speech de aquel octubre de 2017 "ni una palabra" a las "víctimas" de la crisis, la corrupción o las "cargas policiales insensatas". Es la primera vez desde que se restaurase en 1975 la Monarquía que el jefe del Estado no goza del respaldo de todos los miembros de su Gobierno. Y Pablo Iglesias no pierde oportunidad de remarcarlo
El dirigente mezcla sus bromas, como regalar a don Felipe la serie Juego de Tronos, compartiendo con el Monarca risas en las rondas de consultas en Zarzuela, con gestos como el que hoy reseñamos, pero con la relevancia de que se trata de un vicepresidente.

Cierto es que hemos asistido a momentos de cordialidad entre Pablo Iglesias y los Reyes. Como cuando doña Letizia, y Felipe VI se encontraron en un acto y el líder de Podemos se deshizo en elogios hacia Sus Majestades cuando mostraron su interés por los hijos Irene Montero y su novio. En una entrevista con Pedro Piqueras, Iglesias reconoció que los Reyes se pusieron en contacto con él para preocuparse por los bebés cuando estuvieron hospitalizados por su prematura llegada al mundo y les mandaron mensajes de ánimo.
"Muy majos"
"He tenido ocasión de hablar con ellos", reconocía un Pablo Iglesias que reiteraba que "han estado muy majos" y que habían conversado sobre "cosas personales" y admitió que la relación con ellos siempre es "muy cordial". El líder de Podemos dijo que le habían preguntado por sus hijos: "Eso lo agradezco muchísimo", indicaba, para añadir que habían sido "encantadores como siempre". El dirigente morado declaraba, eso sí, que "hay que separar lo político de lo personal".
