El testamento de Paquirri ha vuelto a copar los titulares del papel couché 36 años después de que el torero perdiera la vida tras sufrir una cornada mortal en la plaza de toros de Pozoblanco. El marido de Isabel Pantoja escribió su testamento ante notario el mismo día que contrajo matrimonio con la tonadillera el 30 de abril de 1983. Tras las duras palabras que Kiko Rivera ha soltado en los últimos días - asegurando que "no cedió Cantora", que firmó "lo que su madre le pidió" e insinuando que no se cumplieron las voluntades de su padre - el reparto de la finca y los movimientos de Isabel se vuelven a mirar con lupa.
En el testamento, Paquirri dejó por escrito sus últimas voluntades. Estableció un plazo de 3 años para que la familia Rivera, Cayetano y Fran (representados legalmente por su abuelo Antonio Ordoñez debido a su minoría de edad) e Isabel Pantoja se pusieran de acuerdo en el reparto de la herencia. A Kiko Rivera lo representaba el abogado Ramón Calderón. Cabe recordar que Paquirri dejó por escrito que ni Carmina Ordoñez ni Isabel Pantoja podían representar legalmente a sus respectivos hijos.

Tras tres años de idas y venidas con batallas judiciales de por medio, no se pusieron de acuerdo hasta dos días antes de vencerse el temido plazo. Lo hicieron en una reunión que duró cuatro horas, tal y como anunció Semana en su día y rescata ahora debido a la polémica surgida entre Kiko y su madre.
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El elemento discordante fue Cantora, la portentosa finca que quería en propiedad Isabel Pantoja a pesar de las últimas voluntades de su marido. Cabe recordar que el diestro quería que sus bienes fueran en propiedad para sus tres hijos a partes iguales. Mientras los niños fueran menores de edad, el usufructo de todas sus fincas, incluida Cantora, lo disfrutarían Pantoja y la familia Rivera. Un tercio de la herencia lo dejó a libre disposición.

Sin embargo, la misión de la tonadillera era quedarse a toda costa con Cantora. Tras los tensos tiras y aflojas, consiguió finalmente conmutar su usufructo por un 52,40% como propietaria de Cantora. El resto de la propiedad, para su hijo, Kiko Rivera.
Los otros herederos terminaron cediendo a pesar de no estar conformes, tal y como recogió la misma revista en su día: "No estamos de acuerdo, pero no nos ha quedado más remedio que firmar", declaró el marido de Teresa Rivera, hermana de Paquirri, a las puertas del Banco Español de Crédito de Sevilla, donde se llevó a cabo el polémico reparto.

El reparto, entonces, quedó de tal forma: un 45% de la herencia para Pantoja y su hijo, un 40% para Fran y Cayetano Rivera y un 15% para la familia del diestro, tal y como informó en su día Ramón Vila, albacea y amigo íntimo de Paquirri a esta revista.
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De esta forma, las voluntades de Paquirri no se cumplieron. Cabe destacar que las últimas voluntades tienen legalidad jurídica, pero para que se efectúen deben estar de acuerdo todos los herederos.
"Todos consintieron que Isabel Pantoja termina como propietaria y se quedara con la mayor parte de la finca de su hijo. Todos antepusieron su interés personal al deseo del torero (...) Kiko Rivera tiene todo el derecho para quejarse, pero su madre no le engañó y menos a loas 18 años como él dice. Aquel 2002 al que se refiere, el DJ firmó una hipoteca. Su madre tuvo que hipotecar Cantora para conseguir dinero y él, como propietario del 47,60% tenía que formar parte de la firma", sentencia la publicación de Semana.

Estas informaciones van en consonancia con las declaraciones del abogado Ramón Calderón, presidente del Real Madrid desde 2001 hasta 2006. Él fue el encargado de defender los intereses de Kiko Rivera tras la muerte de su padre, Paquirri, en 1984. Por aquel entonces, Kiko era un bebé, por lo que se nombró a Calderón para que le representara y no saliera perjudicado como heredero del torero.
Tras las duras palabras de Kiko, dejando la duda en la actuación de Isabel Pantoja, Calderón tomó la palabra para aclarar lo sucedido. El letrado dejó claro que Pantoja actuó de forma correcta al quedarse con el 52,40% de la finca Cantora, conmutando así el usufructo que le dejó su marido por acciones en propiedad de la finca.

"Fue una decisión de todos. Había unos albaceas y un partidor contador. Yo representaba a Francisco, al pequeño, y Antonio Ordóñez a sus nietos, Francisco y Cayetano. Entre todos buscamos una solución. Tuvimos que hacerlo el último día después de 3 años de no llegar a un acuerdo con nadie. Lo que se hizo fue valorar el usufructo de la viuda, en función de unos años y de unas tablas establecidas y adjudicar. Paquirri había luchado mucho por la vida y murió luchando. Tenía, sobre todo, patrimonio inmobiliario, así que lo que se hizo fue valorar Cantora y se le adjudicó al niño, dentro de los dos tercios que le correspondía, junto con su madre", aseguró hace unos días el propio Calderón a OK Diario.
En su polémica entrevista a Mila Ximénez, Kiko fue muy duro con su madre, a la que está dispuesta a sentar en el banquillo para encontrar su verdad: "No me acuerdo de lo que firmé. Si mi madre a mí me ha hecho eso... ¡Quiero saber lo que quería mi padre, porque si eso no se ha cumplido, voy a respetar su voluntad! Tengo miedo. ¡Aquí se puede liar gorda! ¿Qué me voy a encontrar? ¿Me va a rematar esto ya? ¿Va a provocar que diga hasta aquí?", se preguntaba el DJ.
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