La victoria del Real Madrid ante el Barça este sábado en territorio culé fue el último episodio del vía crucis que vive desde el inicio de 2020 Josep María Bartomeu, dimitido presidente del equipo catalán. Más allá de la victoria del equipo de Zidane por 1-3, polémica para los culés por la actuación arbitral y el VAR, la tensión contra el máximo responsable del FC Barcelona estaba servida. Pero la salida de Nobita (por su parecido con el amigo de Doraemon) era algo que todo el mundo sabía desde la humillación sin precedentes sufrida por el Barcelona el pasado 14 de agosto, cuando recibió la mayor goleada de su historia en Europa, y después acabó con la temporada en blanco. El 2-8 contra el Bayern en casa iba a acabar con todo, como así ha sucedido.

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Pero estos meses han sido complicados para Bartoméu también en lo personal. Como adelantábamos en exclusiva el pasado 2 de marzo, apenas dos semanas antes del comienzo del confinamiento por la pandemia de coronavirus, la vida privada del empresario catalán daba un vuelco cuando, en el Juzgado de Familia número 18 de Barcelona, tuvo lugar el juicio de divorcio que le enfrentaba a Marta Frías, su esposa durante 20 años y madre de sus dos hijos Víctor y Jan. Separados desde hace dos años y medio, Marta Frías le pidió a Bartomeu cuatro millones de euros en un complicado proceso en no se ponían de acuerdo. Bartomeu abandonó al separarse de su mujer la vivienda familiar en el barrio de Les Tres Torres y se trasladó al de Sarrià, cerca de donde vive el padre de Leo Messi.
Frías, de 53 años, cinco menos que su marido, se ha dedicado a trabajar en publicidad y eventos, mientras que Bartomeu dirige (en sus asuntos privados) un grupo industrial de ingeniería que surte de pasarelas a barcos y aviones y que ha llegado a facturar 20 millones de euros. Ni que decir tiene que, a pesar de la acomodada posición del ya ex presidente, la crisis que ha azotado al turismo ha afectado a su facturación.

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Nuevo amor
Hay alguien que contribuye a compensar esta mala racha de Josep María Bartomeu, una novia, además de su puesto como consejero delegado de ADELTE Group, la empresa de ingeniería de puertos y aeropuertos especializada en pasarelas de embarque. Como adelantamos en primicia desde Informalia, la ilusión de Bartoméu se llama Gemma de Vicente, varios años más joven que él. Está separada como él y tiene igualmente hijos de un matrimonio anterior. Familiar de una empleada del Barcelona, Gemma gestiona una tienda de ropa en la zona alta de la Ciudad Condal y lleva casi don años de relación con Bartoméu. Los fotógrafos los captaron juntos en uno de los partidos de la última Copa Davis que se jugó en la Caja Mágica.
Los que conocen y tratan a Josep Bartomeu hablan de un hombre tranquilo, educado y discreto, que lleva con serenidad no sólo sus problemas familiares, sino las turbulencias que ha sacudido al Barça en los últimos meses y que han acabado con su mandato.
En enero, Bartomeu vivió la primera pañolada de la afición cuando su equipo jugaba con el Éibar y le pedían masivamente su dimisión, un alboroto al que luego se sumaron el cambio de entrenador, el amago de huida de Messi, y sobre todo las humillaciones en el campo. La salida de Valverde y la llegada de Setién, no mejoraron los resultados del Barça y la llegada de Koeman, tampoco.
Además, se filtró que Bartomeu había contratado a una empresa para difamar a algunos jugadores problemáticos, como Messi y Piqué, encargo que le serviría también para proteger en las redes sociales, su imagen y la de su directiva.