Desde que el rey Juan Carlos se marchara de España por "ciertos acontecimientos pasados", todas las miradas recaen en la reina Sofía, que permanece en Zarzuela sin alzar mucho la voz. Desde el entorno cercano de la emérita sostienen que lo está pasando realmente mal, pues hay días incluso que le cuesta levantarse de la cama.

A la madre de Felipe VI le angustia que los escándalos de su marido puedan provocar el fin de la monarquía en España. La corona, para ella, es lo más importante: "Lo único en lo que cree de verdad", sostienen fuentes cercanas a ella en Vanity Fair.

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En los últimos años, la emérita también se ha visto afectada por otros asuntos como el divorcio de la infanta Elena de Jaime de Maricharlar y el ingreso en prisión de su yerno 'ideal', Iñaki Urdangarin, por el caso Nóos. Pero, sin duda, su mayor preocupación llegó tras la aparición de Corinna Larsen. La fuente cercana sostiene que la ex amiga íntima de don Juan Carlos es "una bomba de relojería que doña Sofía y la infanta Pilar quisieron desactivar apoyando la abdicación".

En este sentido, a la reina le preocupa que la labor de su hijo en el trono quede manchada por los escándalos de su padre: "Que se cuestione todo lo que ha hecho el rey para dañar al hijo es lo peor que podía pasar a la reina. Lo vivió con su madre, la reina Federica de Grecia, quien, al enviudar, fue usada para derrocar a Constantino. Una situación similar le aterra, pero es lo que está pasando", explican. Tanto es el temor que siente que "muchos días le cuesta hasta levantarse de la cama", sentencian.

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La reina está actualmente volcada en la Fundación Reina Sofía, a través de la que lanza campañas solidarias relacionadas con frenar el impacto del Covid-19 o con el cuidado del medioambiente. La mayoría de sus apariciones públicas tras los escándalos de don Juan Carlos han sido con motivo de esta fundación, aunque también se dejó ver en contadas salidas por Palma de Mallorca este verano y, por supuesto, en los Premios Princesa de Asturias, celebrados el pasado 16 de octubre.

El rey Juan Carlos, mientras tanto, permanece desde el pasado 3 de agosto en Abu Dabi, donde se 'refugia' del tormentón en uno de los hoteles más caros y lujosos del mundo. Se marchó de España por "ciertos acontecimientos pasados", relacionados con las supuestas comisiones millonarias que no declaró y sus presuntas cuentas en Suiza.

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