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El día que Alicia Koplowitz llamó a Fernando Falcó: "Tu mujer está acostándose con mi marido"

Fernando Falcó ha muerto a los 81 añosCon él  desaparece el último de los personajes de la aristocracia española liberal, cosmopolita y demócrata. El marqués de Cubas fallece siete meses después de Carlos Falcó, su hermano mayor. Como el marqués de Griñón, Fernando Cubas (en la aristocracia es costumbre llamarse con el nombre de pila seguido del título en lugar del apellido) era monárquico por convicción y devoción, hombre de mundo, de cultura, cosmopolita, amante de las mujeres guapas y con clase, además de todo un gentleman.

Cuando una actriz o millonaria internacional pasaba por Madrid, fueran Ava Gardner y Odile Rodin o la viuda de Porfirio Rubirosa, el playboy más famoso de su época, el marqués de Cubas, era quien las llevaba a los toros o al tablao de moda.

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En Marbella compartía fiestas, o algo más, dicen, con Soraya, la ex emperatriz de Persia y cuando le vieron del brazo de Cristina Onassis por Madrid, el marqués, siempre discreto caballero, no dijo que en realidad estaba encubriendo a su hermano Carlos, de quien estaba locamente  encaprichada la multimillonaria griega, aunque el marqués de Griñón no quiso comprometerse con ella y prefería que fuera a su finca y a sus fiestas como una invitada más junto a su hermano y otros amigos.

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Licenciado en Derecho con notas brillantes, era también un apasionado de los automóviles. Fue presidente del RACE, el Real Automóvil Club de España, un puesto que también había ocupado su padre, pero Falcó no se limitó a una tarea honorífica, ya que modernizó la institución, entonces muy poderosa.

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Durante años fue considerado uno de los solteros más codiciados de la buena sociedad española. Cubas era reacio al matrimonio pero, como suele ocurrir con los grandes seductores, fue una mujer guapa y mucho más joven, quien consiguió llevarle al altar. La atractiva Marta Chávarri, hija del diplomático Tomás Chávarri y de Matilde Figueroa, hermana de Natalia, la esposa de Raphael, nietas ambas del marqués de Santo Floro, no tenía fortuna pero un pedrigrí aristocrático impecable y una belleza arrebatadora, divertida y fresca.

El matrimonio duró 7 años, con un hijo en común, Álvaro, heredero del título de Marqués de Cubas. Su separación dio lugar al mayor escándalo financiero y social de la época. Marta gustaba a todos los hombres del entorno en el que se movía con su marido pero quien consiguió seducirla fue Alberto Cortina, entonces casado felizmente con Alicia Koplowitz. Un día, Alicia Koplowitz llamó a su amigo Fernando Cubas y le dijo: "Tu mujer está acostándose con mi marido". Una frase devastadora que puso en marcha el final de los dos matrimonios.

Las fotos de Marta Chávarri y Alberto Cortina

Todo apunta a que las fotos de Cortina y Chávarri saliendo de un hotel de Viena, que destaparon cara al público la relación adúltera, fueron perfectamente organizadas por quienes querían desmantelar el conglomerado empresarial y financiero de los primos Alberto Cortina y Alcocer. Resultó que Alberto Alcocer también le era infiel a su esposa Esther con una guapa secretaria y, aunque con menos ruido, la relación salió a la luz.

Las hermanas Alicia y Esther Koplowitz despidieron a sus maridos de las empresas que habían heredado de su padre y compartían con ellos, y empezaron a volar solas hasta convertirse en las mujeres más ricas de España en aquella época. 

Alberto Cortina, en un gesto caballeroso poco común, lavó el honor de Chávarri casándose con ella. Fernando Cubas, se quedó con la custodia de su hijo Álvaro y volvió a su estatus de soltero codiciado.

Hasta que, para sorpresa general, Esther y Fernando Falcó anunciaron en 2003 con una foto, que se habían se casado. Eran amigos de siempre, tenían el mismo estatus social y la edad suficiente para una vida en común agradable y sin sobresaltos. Fernando Falcó era además el compañero perfecto para acompañar a Esther en FCC, la empresa de su esposa, que empezaba a sufrir una importante crisis financiera al verse obligada a dejar que el mexicano Carlos Slim, se hiciera con el control de Fomento de Construcciones y Contratas.

El matrimonio de Cubas y Koplowitz acabó en un divorcio discreto y amistoso en 2009, pero ellos siguieron siendo los mejores amigos, hasta el punto que Fernando Falcó vivió hasta su muerte en un piso del mismo edificio que el de su ex mujer, iban juntos a actos sociales o culturales y compartían las celebraciones de familia. Y cuando el aristócrata se sintió enfermo hace unos cuatro años, Esther estuvo pendiente de sus cuidados y le acompañó hasta el último día de su vida.

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