La ex ministra de Sanidad Ana Mato tendrá que abonar 27.857 euros tras la ratificación de las sentencias del caso Gürtel. Además, tendrá que abonar las costas de los recursos que presentó como consecuencia los regalos que recibió del empresario Francisco Correa durante las comuniones y cumpleaños de sus hijos. Los problemas de Mato tienen mucho que ver con haber sido la mujer de Jesús Sepúlveda, con quien no se divorció a pesar de que su matrimonio se hundió a principios de los 2000.
Detrás de ese matrimonio con Sepúlveda, condenado en la trama Gürtel, no había pasión desde hacía mucho tiempo. En concreto, desde que el exalcalde de Pozuelo de Alarcón tuviese un romance con Natalia Bosch Baeza, su jefa de prensa en el consistorio, 23 años menor que él.
Francisco Correa, el líder de la trama Gürtel, contrató para la familia Sepúlveda Mato payasos y confetis entre 2001 y 2005 para las fiestas de cumpleaños y comuniones de sus hijos. Además, sorprendió a la por entonces coordinadora de varias áreas del PP con bolsos de lujo, valorados en 610 euros. Sin embargo, Correa cortó el grifó cuando Jesús oficializó su relación con la joven Natalia.
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Al no haber disuelto el régimen de bienes gananciales ni tampoco el divorcio, el Tribunal sentencia que Mato se benefició de los regalos que Correa le hacía a Sepúlveda. El juez estimó que como matrimonio recibieron 55.714,06 euros ilegales de esta trama corrupta, por lo que cada uno tendrá que embolsar la mitad.
El Tribunal dicta que Mato puede que desconociera que el dinero que le entraba era ilegal, aunque consideran que se aprovechó de estos beneficios sin preguntarse por la legalidad de su procedencia. Sepúlveda, además, tendrá que enfrentarse a más de 14 años de prisión.
La historia entre Sepúlveda y Bosch
Bosch es hija del actor Joaquín Kremel y la cantante Elsa Baeza. También es medio hermana (por parte de madre) del hijo que tuvo el fallecido realizador Valerio Lazarov con la cantante cubana). Cuando Sepúlveda regía el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, su matrimonio con Ana Mato sufría el deterioro que se produce en las parejas cuando aparecen terceras personas.
Dicen que Natalia abandonó a su novio surfista, cuando se iba a casar con él, porque se enamoró perdidamente del alcalde. Era el año 2003 y la hija del protagonista de Hostal Royal Manzanares era una veinteañera; el marido de Mato, que era su jefe, había cumplido ya los 50.
Aun así, la convivencia entre los Sepúlveda-Mato aguantó dos años. En esa época, Ana, que es psicóloga de formación, además de socióloga, pasó de ser diputada en el Congreso a Diputada en el Parlamento Europeo, donde estuvo hasta 2008, para regresar luego a la Carrera de San Jerónimo.
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Lo cierto es el ex alcalde de Pozuelo de Alarcón (lo fue hasta 2009) tenía que pasar la mayor parte del tiempo en Madrid mientras que ella viajaba constantemente a Bruselas, a pesar de tener juntos tres niños. Tal vez la distancia y las ausencias tuvieran más culpa que la joven Natalia (20 años menos que Ana Mato).
La verdad es que Sepúlveda se fue a vivir con su jefa de prensa a un chalé de 500 metros cuadrados situado en La Finca. Dicen algunos de sus más cercanos amigos de entonces que Natalia no aguantó la presión mediática cuando comenzó el infierno mediático y judicial de la trama Gürtel contra su amado alcalde y abrumada por ver el nombre de su pareja de hecho en las portadas de los periódicos y los telediarios decidió abandonar los lujos de La Finca y romper la relación.
Después de su 'culebrón' político, como jefa de prensa y amante del corrupto, de ser señalada como 'la otra' en el matrimonio de Ana Mato, Natalia Bosch (Kremel es el segundo apellido de Joaquín) regresó con Alfredo Llorente, el surfista que había sido su novio. No se sabe si comen perdices pero la verdad es que en septiembre de 2012 se casaron y tuvieron un niño.
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