El nombre de Amy Coney Barrett está sonando con fuerza en Estados Unidos desde las últimas horas. Esta magistrada ha sido nominada por Donald Trump para optar a la vacante que deja la reciente fallecida Ruth Bader Ginsburg en el Tribunal Supremo. Esta jueza ultraconservadora, madre de siete hijos, tiene entre sus misiones prohibir el aborto y es fiel defensora del derecho ciudadano a comprar armas.
Coney Barrett nació en Nueva Orleans hace 48 años y es fruto del matrimonio entre un abogado, Michael Coney, y una ama de casa, Linda. En su casa desarrolló pronto madera de madre y también de líder, pues es la mayor de siete hermanos. El mismo número tiene de hijos. Cabe destacar que entre todos ellos se encuentran dos niños adoptados de Haití y un niño que padece síndrome de Down.

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En este sentido, no sorprende su pertenencia a la comunidad religiosa People of Praise, formada por personas que comparten la creencia cristiana carismática, movimiento que surgió a partir de las iglesias evangélicas, pentecostales, metodistas, presbiterianas, episcopales, luteranas y católicas. De ser elegida para cubrir la vacante, peligraría la sentencia estadounidense de 1973 que sentó la bases del derecho al aborto y que se conoce con el nombre de Roe versus Wade.

"Si me pregunta si me tomo en serio mi fe y si soy católica fiel, lo soy, aunque enfatizaría que mi afiliación personal a la iglesia o mi creencia religiosa no influirían en el desempeño de mis deberes como jueza", aseguró en 2017, cuando un senador demócrata le preguntó si su fe afectaría a sus decisiones como jueza.
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Por aquel año, su nombre también sonó con fuerza en el sistema judicial de Estados Unidos. El esposo de Melania Trump la confirmó para el tribunal de apelaciones del Séptimo Circuito, con jurisdicción en los Estados de Indiana, Wisconsin e Illinois. Un año después, en 2018, se quedó a las puertas de acceder al mismo puesto al que ahora opta, el más alto del sistema judicial estadounidense. Entonces, le adelantó por la derecha el magistrado Brett Kavanaugh. De conseguir el ansiado puesto en esta ocasión, Coney Barrett entrará a la historia como la juez más joven del Supremo y la quinta en acceder a él.

Además de la prohibición del aborto, la magistrada también defiende la Segunda Enmienda, que asegura el derecho de los ciudadanos estadounidenses a comprar y portar armas, incluso si estos han sido condenados por algún delito. "Las legislaciones fundacionales no despojaron a los delincuentes del derecho a portar armas simplemente por su condición de delincuentes", escribió Barrett en 2018, tal y como recoge el diario Chicago Tribune.
Además, en junio de este año apoyó públicamente la norma de "cara pública" implementada por el presidente estadounidense, con la que se impide que los inmigrantes consigan la residencia en el país si antes han recibido algún tipo de ayuda del Gobierno.
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