Alejandro Sanz y Rachel Valdés se han convertido en dos de los protagonistas de este fin de semana tras posar juntos en el Festival de Cine de San Sebastián, donde se ha estrenado El verano que vivimos, película a la que el cantante le ha puesto la banda sonora. Este domingo acudieron al estreno muy bien acompañados por la hija mayor del músico, Manuela Sanz.

Las dos sorprendieron a los asistentes con dos looks de escándalo. La artista cubana se decantó por un diseño de la firma Alberta Ferretti, de color blanco y con cintas bordadas metalizadas. Lo acompañó con un bolso brillante de Jimmy Choo y unos elegantes salones con tacón de Louboutin.

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Además, lo combinó con joyas de las que quitan el hipo y que rondan la friolera de 17.000 euros, aunque no eran propias sino cedidas por la firma Rabat. Unos pendientes riviere de oro blanco con diamantes talla brillante valorados en 4.430 euros, un collar de oro blanco con diamante talla brillante de 11.350 euros, un anillo de oro rosa de 1.300 euros y otro de oro blanco.

La primogénita de Sanz, fruto de su relación con la modelo Jaydy Michel, posó ante los medios con otro look que no dejó a nadie indiferente. Para esta ocasión tan especial, apostó por un vestido de corte asimétrico de Isabel Sanchís. El atuendo es de color blanco y negro y cuenta con aplicaciones de pedrería.

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Manuela tampoco se quedó atrás en joyas y lució otras cuantas también cedidas por la misma firma. Se decantó por unos pendientes earcuff de oro blanco con diamantes talla brillante; y por otros de oro rosa con filas entrelazadas de diamantes talla brillante valorados en 6.750 euros.

La presencia de los tres en el festival llega días después de que el cantante de Corazón Partío firmara su divorcio con Raquel Perera. Ambos alcanzaron un acuerdo de separación "totalmente satisfactorio", según aseguraron sus respectivos abogados, con una serie de condiciones económicas que acordaron para su definitiva separación.

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