Ana Soria por fin dio este lunes el importante paso de acudir a la plaza por primera vez para ver torear a su chico, Enrique Ponce. Tras la corrida, que tuvo lugar en Huelva, los dos se fueron de cena por la ciudad andaluza y derrocharon todo su amor en el balcón del hotel donde se hospedaban. Los tortolitos disfrutan de su amor a cada segundo y no están dispuestos a perder el tiempo.

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Tal y como captaron las imágenes de los paparazzis que siguen día y noche a la pareja del verano, los dos se fundieron a besos y abrazos en dicho balcón. Ante la atenta mirada de los jóvenes amigos de Soria, en un arrebato de pasión el todavía marido de Paloma Cuevas agarró a la futura abogada por la cintura. Ella le correspondió con tiernas miradas, caricias en el rostro y, por supuesto, apasionados besos que dan fe de lo enamorados que están. 

Antes de estas imágenes, estuvieron de cena con los colegas de Soria en un conocido restaurante de Huelva. En ella también estuvo presente el diestro Abraham Neiro Campos, que compartió en Instagram una foto junto a los dos, en la que el valenciano aparece agarrando tiernamente a su enamorada por el hombro. 

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La almeriense faltó este fin de semana a la reaparición del valenciano en Osuna, en Sevilla, y también a la corrida en Navas de San Juan, en Jaén, cuando decidió esperarlo en un hostal cercano a la plaza de toros. Sin embargo, este lunes en Huelva decidió que ya era hora de apoyar a su novio y desde la grada, acompañada por los mismos amigos con los que se fueron de cena, no le quitó ojo a la faena de Ponce. La joven tuvo los nervios a flor de piel durante toda la corrida.

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