Para los que no lo recuerden, Enrique y Ana fue un dúo musical español creado en 1977. Estaba formado por una niña de ocho años llamada Ana y un veinteañero, el conocido Enrique del Pozo. Publicaron varios discos e hicieron una película, Las aventuras de Enrique y Ana, pero su canción Cocoguagua fue la que más triunfos les dio.
Cuatro décadas después, Enrique y Ana son otros. La relación entre Enrique Ponce y Ana Soria se ha convertido en la canción o el culebrón del verano y casi a diario tenemos una nueva entrega del apasionado romance entre entre el marido de Paloma Cuevas y la estudiante de 21 años. Y el estribillo es la pasión que demuestran al mundo entero.
Las imágenes del torero de 48 años y la futura abogada que difunde la revista Semana este miércoles de nuevo en su portada van un paso más allá. Si en la imagen que exhibe la publicación en su primera página recoge a los novios piel con piel, en bikini o bañador, en las páginas interiores les vemos en las calas, en tierra, en el agua, besándose en la boca, en la cubierta de una lancha, con las piernas entrelazadas, entre roces, besos y arrumacos. Es una verdadera exhibición de amour fou.
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Pero lo más curioso es que semejante pasión desatada ocurre en un barco de ocho metros de eslora, con la familia de la universitaria al otro lado de la embarcación: los tortolitos en la proa y los padres en la popa, aunque hay momentos para todo en el reportaje.
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A estas alturas nadie tiene dudas de lo enamorados que están Enrique Ponce y Ana Soria, pero una vez visto lo visto, y el modo con el que desatan su pasión, no queda ninguna duda.
Además, el torero está integrado con la familia de ella. Los padres de la joven asisten sin problemas a los mimos, cariños, besos y abrazos, y el sinfín de muestras de cariño que se regalan los amantes en las calas de las costa almeriense.
Enrique y Ana ha decidido vivir su historia de amor sin esconderse, con absoluta naturalidad y proclamando a los cuatros vientos su amor. Y no es solo que les hayan pillado los paparazzi, es que la propia Ana Soria difunde a menudo imágenes d suyas o con su novio torero en sus perfiles de las redes sociales.
La revista incide en el hecho de que, "a pesar de que estuvieran presentes los padres de la joven, eso no incomodó en ningún momento al diestro. Él y Ana se dejaron llevar y demostraron su amor con muchos gestos de cariño y besos apasionados".
Efectivamente, se puede comprobar en páginas interiores que la presencia de los padres de Ana no resta espontaneidad al torero de Chiva, que entre a matar con dulces carantoñas y besos apasionados a los que Ana responde con agrado.
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La propia Ana también ha compartido varias imágenes en su cuenta de Instagram presumiendo de tipazo en bañador.
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