Nadia Calviño, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, ha sido propuesta por el Ejecutivo para presidir el Eurogrupo, organismo en el que se debaten los asuntos relacionados con nuestra moneda y que hasta ahora presidía el portugués Mário Centeno. La socialista, una de las más conservadoras dentro del Gobierno, es hija de un antiguo director de TVE, está casada, tiene cuatro hijos y encuentra en los broches su principal aliado estilístico.
El propio Pedro Sánchez se ha pronunciado sobre su candidatura, alegando que "sería un honor" que la ministra ostentara este importante cargo europeo. De conseguirlo, la coruñense daría un importante paso puesto que es una responsabilidad que "nunca ha ejercido España y que tampoco ha desempeñado antes una mujer".
He presentado mi candidatura para presidir el #Eurogrupo, con la voluntad de seguir trabajando por una zona euro fuerte y próspera en beneficio de todos los ciudadanos europeos.#EMU ???????? https://t.co/u8VopZJbBE
— Nadia Calviño (@NadiaCalvino) June 25, 2020
Además, tanto PP como Ciudadanos y Vox han apoyado esta propuesta. Esteban González Pons, eurodiputado del Partido Popular; y Ciudadanos, han expresado su conformidad en las redes sociales. También Iván Espinosa de los Monteros, de Vox, que a través de Esradio ha manifestado que pese a la "distancia infinita" que su formación tiene con respecto al Ejecutivo central, "el mundo exterior es una cosa distinta, sobre todo en Europa".
Apoyo la candidatura de Nadia Calviño a presidenta del Eurogrupo, no hay mejor garantía para que la política española siga las directrices moderadas de la Unión Europea que el Eurogrupo se siente en nuestro Consejo de Ministros. Calviño decidirá la condicionalidad que cumpliremos
— González Pons (@gonzalezpons) June 25, 2020
???????????????? Buena noticia para España y el conjunto de Europa.
— Ciudadanos ???????????????? (@CiudadanosCs) June 25, 2020
Estamos convencidos de que Nadia Calviño puede hacer una gran labor al frente del Eurogrupo. Su candidatura cuenta con nuestro apoyo por encima de los intereses partidistas. https://t.co/8Q4Bylm9KH
Nadia Calviño copó todos los titulares a finales de mayo cuando se opuso abiertamente al pacto del PSOE con Unidas Podemos y EH Bildu para derogar la reforma laboral: "Sería absurdo y contraproducente abrir un debate de esta naturaleza y generar la mas mínima inseguridad jurídica en este momento. Los contribuyentes nos pagan para resolver problemas y no para crearlos", señaló entonces en la reunión anual del Círculo de Economía, celebrada de forma online por el contratiempo de la pandemia.

La coruñense nació el 3 de octubre de 1968 y tiene un hermano pequeño llamado Iván. De muy pequeñita se trasladó a vivir a Madrid con su familia por el trabajo de su padre, José María Calviño, el primer director general de la RTVE socialista de Felipe González entre 1982 y 1986: "Mis padres me han ayudado muchísimos pero no, su profesión y la mía no tienen mucho que ver", decía cuando se le preguntaba sobre la influencia que su padre ha podido tener en su carrera profesional.
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Por entonces, la futura economista era una adolescente: cuando su padre empezó a dirigir RTVE contaba 14 años y cuando lo dejó había cumplido la mayoría de edad. Nadia puede agradecer a su padre que llevara a la cadena pública programas tan divertidos e innovadores como La Bola de Cristal o La edad de Oro, emblema de la vanguardia en la famosa Movida Madrileña, con míticas actuaciones como la de Almodóvar y MacNamara, allá por 1983. Pero también trajo a España series como Dinastía o Falcon Crest.

Es evidente que José María Calviño, que ahora tiene 75 años, supo llevar a su hija por la vocación de estudiar bien y mucho, y en universidades públicas: se licenció en Económicas por la Complutense y luego en Derecho por la UNED, y después más y más...: "Ser directora general del presupuesto comunitario es un sueño hecho realidad", aseguraba orgullosa en una entrevista hace años, cuando ya estaba en Europa, a cargo de casi 500 profesionales y administrando los miles de millones de euros de los europeos.
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Quienes la conocen aseguran que desde niña fue una persona muy metódica, constante y exigente con ella misma, lo que la convirtió en una de las personas más estudiantes de su quinta: nunca bajó del sobresaliente y terminó sus estudiados con numerosas matrículas de honor. Estudió en el prestigioso Colegio Estudio, donde se han formado rostros patrios como Ana Obregón, el hijo de Jiménez Losantos, David, o los escritores Javier Marías y Jaime de Armiñán.

Cumplida la mayoría de edad dio el salto a la Universidad Complutense de Madrid, donde estudió Ciencias Económicas. Tiene una segunda carrera, Derecho, de la que se licenció en 2001 por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Antes de meterse de lleno en el mundo de la política, ejerció de intérprete en sus años universitarios y dio clases como profesora asociada en la misma Complutense.
Tras ser reclamada por el presidente Pedro Sánchez en 2018, dejó Bruselas, el piso 13 del edificio gubernamental de la Avenue d'Auderghen, la planta que alberga la Dirección General de Presupuestos. Dicen que la ministra es una persona con una enorme capacidad de trabajo, alegre y casi siempre sonriente. "Cuando los niños se acuestan, sigo trabajando en casa. El cargo es así. O se está o no se está", decía esta profesional de 50 años (aparenta muchos menos), casada y con cuatro hijos.

Nadia aprobó una oposición como técnica comercial economista del Estado; es decir, el mismo cuerpo al que pertenecía Luis de Guindos, su predecesor (con permiso de Escolano, el Breve), hoy vicepresidente del banco Central Europeo. Nadia coincidió con De Guindos en la época de Rodrigo Rato. También ha trabajado con el que fuera vicepresidente económico socialista Pedro Solbes, y ya en 2006, cuando ejercía como directora general de Competencia en España, se mudó a Bruselas como directora general adjunta de esta materia. "Surgió la oportunidad de este puesto tan interesante, me presenté y aquí estoy", aseguraba a La Verdad de Murcia hace años.
Su faceta más personal: familiar, cinéfila, pianista y amante de un complemento imprescindible
Calviño está casada con el empresario Ignacio Martínez de Lara y con él tiene cuatro hijos. Licenciado por la Universidad Complutense de Madrid, su primer puesto importante fue el de subdirector general en Santillana Formación. También trabajó en Panda Security; fue director gerente de Leaseweb Tecnoogies; directoral general adjunto de WooRank en Bruselas; y director de desarrollo comercial en Brainvestigations. Cuando volvió a Madrid en 2018 junto a su mujer, ejerció de director de alianzas y nuevos negocios en PA Digital y en verano de 2019 dio el salto a la dirección de Marketing y Alianzas, donde se mantiene en la actualidad.
Para evadirse de la política, la ministra de Economía se sumerge horas y horas en tres de sus grandes pasiones: la música clásica, el piano y el cine, en especial el de los años 50. También le dedica tiempo a la lectura. En alguna ocasión ha confesado que uno de sus libros favoritos es Patria, el bestseller de Fernando Aramburu que trata el conflicto vasco relatando el enfrentamiento de dos familias vascas salpicadas por las consecuencias de ETA. Además, entre sus autores favoritos también se encuentran Stefan Zweig, Sándor Márai y Alan Bennet.

También es una gran cocinillas y entre utensilios y cacerolas pasa parte de su tiempo libre, preparando deliciosas comidas para sus cuatro hijos. Al mismo tiempo, encuentra distracción en la naturaleza, por lo que son habituales sus constantes viajes a la sierra de su tierra natal donde de vez en cuando le hace una visita a la artista de la familia, su tía Mari Carmen Calviño, reconocida pintora en Galicia.
De reojo también está pendiente de las nuevas tendencias para no quedarse atrás, aunque siempre la acompaña un acertado complemento estilístico que se ha convertido en su sello identificable: los broches los combina con todos sus atuendos en el Congreso y en sus reuniones dentro del mundo de la política. En su armario los tiene de lo más variopintos, gracias los cuales nos hace recordar a la demócrata Madeleine Albright, la primera mujer en ocupar la Secretaría de Estado de EEUU, que también los lucía en cada una de sus intervenciones bajo el mandato de Bill Clinton entre 1997 y 2001.