Joaquín de Bélgica, sobrino del rey Felipe de Bélgica, ha pedido disculpas después de viajar de Bélgica a Madrid en avión y después en Ave hasta Córdoba, donde participó en varias reuniones familiares o fiestas, según las diversas versiones. Al volver a su tierra, dio positivo en coronavirus.
Tras el escándalo, la primera ministra del país, Sophie Wilmès, ha tomado la palabra para tratar de zanjar esta incómoda cuestión: "El príncipe Joaquín ya ha pedido perdón por su comportamiento. Está preparado para cualquier potencial sanción. Esto es algo normal. Caso cerrado", ha declarado.

Además de la política, también ha roto su silencio la princesa Astrid, madre del joven, que ha comparecido junto a su marido Lorenz y ha desvelado que ambos se han hecho las pruebas después del positivo de su hijo y han dado negativo: "Si no, no estaría hoy aquí", ha señalado en la reapertura del Atomium, al tiempo que ha evitado referirse a este escándalo: "No voy a hacer comentarios, por favor", ha concluido.
Joaquín, de 28 años, voló a España el pasado lunes, por lo que se organizó una fiesta de bienvenida en Córdoba el pasado martes. El evento tuvo lugar en una casa privada y en él participaron no menos de 27 personas de la alta sociedad. Sin embargo, según otras versiones citadas por medios belgas la cifra de asistentes no superó la señalada por la normativa, en este caso 15 personas, aunque al parecer hubo dos reuniones y el aristócrata estuvo en ambas.
Un día después de estas reuniones, Joaquín comenzó a sentir los síntomas de la enfermedad, según el diario belga '7sur7'. El pasado viernes, 29 de mayo, los resultados han confirmado que tenía coronavirus, pero su estado no requiere de hospitalización. Un total de 27 personas con las que estuvo en contacto desde su regreso a España han sido ya alertadas y están en cuarentena.