La madre de Álex Lequio nunca volverá a sonreír como antes. Pero el instante, la milésima de segundo del destino ha querido que ese trozo de mirada de Ana Obregón, tal vez agradeciendo el respeto y el cariño recibidos tras la muerte de su hijo, nos llegue engalanada con algo parecido a una sonrisa.
Alessandro Lequio y Ana llegan de Barcelona a Madrid. Habían acudido a la Ciudad Condal junto a su hijo y vuelven sin el. Fueron con la esperanza de que un tratamiento le ayudara a vencer al cáncer. Pero no lo ha podido superar.
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Sobre las seis y media de la tarde, los padres de Álex, llegaban a la capital. Se trasladaban en un vehículo conducido por el chófer de la actriz. Ellos iban detrás. A su llegada a la casa de Obregón, situada en La Moraleja, los reporteros gráficos han quedado conmovidos por la dureza y la actitud de una madre devastada pero valiente, llena de coraje y agradecida.