El ex comisario José Villarejo pide desde la cárcel de Estremera que testifiquen la ministra de Defensa Margarita Robles, la fiscal general del Estado Dolores Delgado, el ex Ministro de Interior Jorge Fernández Díaz, sus secretarios de Estado, algunos magistrados de la Audiencia Nacional...

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El ex policía quiere que presten declaración las personas con las que tuvo contacto: "Todos con lo que me reuní y a los que serví y/o ayudé, cuyas conversaciones grabé para mi propia seguridad -aunque nunca hice uso de ellas-, y que sólo aparecieron cuando judicialmente se permitió acceder a ellas a Asuntos Internos", dice en un comunicado al que ha tenido acceso Informalia.

Villarejo, acusado entre otros delitos, de organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales, en unos 26 sumarios, lanza su advertencia en forma de queja, dos días después de que el juez García Castellón haya decidido por primera vez procesarle y dar paso a la vista oral, lo que supone que, de ser condenado, seguiría en prisión, mientras continúe la instrucción por las otras causas abiertas en marcha, sin posibilidad de que acceda a libertad condicional.

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Villarejo pretende comprometer a Margarita Roblesy a la actual Fiscal General del Estado Dolores Delgado. Recordemos que la relación de la ex ministra de Justicia con el ex comisario y con el ex juez Baltasar Garzón quedó probada por unas grabaciones misteriosamente sacadas a la luz, donde mantienes charlas amistosas en un almuerzo y gastan bromas de dudoso gusto. Obligar a declarar al ex ministro del Interior con Rajoy, Jorge Fernández Díaz, protector de la llamada policía patriótica, de la que formaba parte Villarejo, podría ser una bomba de relojería para sacar a la luz las denominadas cloacas del Estado de gobiernos anteriores.

¿Hostigado en prisión?

Villarejo se queja de que su procesamiento "es una maniobra de distracción, aprovechando vilmente la situación en esta España de muertos y enfermos de esta tragedia nacional", opina. Denuncia en el comunicado que en la prisión le hostigan "registrando incluso sus partes íntimas y espiando los vis a vis íntimos y las comunicaciones con su abogado". Asegura también haber pasado 24 días confinado en tres metros cuadrados por el coronavirus, sin poder hacer ejercicio "como una cucaracha", en una cárcel con las cifras más altas de España en contagios.

El ex comisario insiste una vez más en sus numerosos servicios a España con sus trabajos en los casos Pujol y Cataluña, con miembros de la Seguridad del Estado que ahora dicen no recordarle apenas y en algunos casos ni conocerle. "Aunque me cueste la vida no voy a dejar ni un segundo de los que tengo por delante de pelear para que aflore (la verdad) y de una forma u otra, lo hará. Es una cuestión patriótica y moral", proclama.

Como postdata, Villarejo envía una foto de 2009 con motivo de la concesión de la medalla roja, "por haber arriesgado mi vida por la seguridad de todos", dice. Aparecen en ella, de izquierda a derecha, los comisarios Enrique García Castaño, José Luis Olivera, Carlos Rubio, Enrique de Federico, Agustín Linares, Pedro Díaz Pintado, Miguel Ángel Fernández-Chico, el propio Villarejo, Juan Antonio González, el comisario General de Información Miguel Valverde, el comisario Carlos Salamanca… "¡Entonces era de los suyos! Si me acusan ahora de conductas de hace veinte años, ¿cómo esperan mis verdugos librarse ellos cuando su pasado ignominioso se descubra y les alcance?", se pregunta en tono de exclamación el ex policía encarcelado.

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