Joaquín Sabina (71) atravesó por un momento muy delicado de salud el pasado mes de febrero. El cantante se cayó del escenario durante su concierto con Joan Manuel Serrat en el WiZink de Madrid y fue ingresado en el hospital, donde fue operado de un derrame cerebral por las lesiones provocadas por la caída.
Casi dos meses después de aquella intervención, el cantante reapareció este domingo a las 20.00 en el balcón de su casa, situada en la plaza madrileña de Tirso de Molina, para aplaudir a los sanitarios y a las fuerzas de seguridad que luchan estos días contra el coronavirus.
Con el brazo en cabestrillo, pijama de rayas y cuadros y pelo alborotado, Sabina salió al balcón acompañado por su mujer y "ángel de la guarda" Jimena Coronado, quien no se separa de él desde hace ya dos décadas.
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El aplauso de Joaquín está cargado de simbolismo, ya que fueron los profesionales de la Clínica Ruber Internacional quienes le salvaron la vida cuando sufrió el ictus tras la brutal caída. Por fortuna, Sabina se libró de un destino fatal gracias a la rápida intervención de los sanitarios.
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