La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y su marido, Fernando Ramírez de Haro Esperanza Aguirre recibieron el alta tras cuatro días ingresados por coronavirus. Ambos se encuentran en su domicilio y en buen estado de salud tras recuperarse en el hospital Fundación Jiménez Díaz. La madrileña, de 68 años, y su marido, de 70, han conseguido vencer al COVID-19.
El pasado 19 de marzo se conoció que ambos estaban ingresados en el hospital afectados por la pandemia, lo cual disparó las alarmas, ya que los dos forman parte del grupo de riesgo frente a la enfermedad. Tras varios días de tratamiento, Aguirre, ya de vuelta en casa, ha agradecido el trato de recibido en el centro sanitario donde les han tratado.
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La madrileña se suma así a la lista de políticos infectados por el coronavirus que van mejorando. Isabel Díaz Ayuso, actual presidenta de la Comunidad de Madrid, que se encuentra en cuarentena después de tener los síntomas y dar resultado positivo en la prueba, contó hace días que su predecesora y jefa en su día estaba bien.
Quiero manifestar a la Fundación Jimenez Diaz mi más profundo agradecimiento,a los médicos, las enfermeras a todo el personal auxiliar , técnicos de rayos, limpiadores por el magnifico trato recibido y la eficacia del tratamiento q nos han dado a mi marido y a mi.
— Esperanza Aguirre (@EsperanzAguirre) March 23, 2020
También quiero mandar un mensaje de esperanza a los q como nosotros han sido infectados. Con la ayuda de nuestros magníficos médicos, enfermeras y todos los sanitarios se sale adelante.
— Esperanza Aguirre (@EsperanzAguirre) March 23, 2020
Alejados de su familia
Al igual que los miles de enfermos por coronavirus del país, Esperanza y su marido han vivido estos días de angustia aislados y solos, sin la compañía de los suyos. Casados desde hace 45 años, son padres de dos hijos, Fernando y Álvaro, y abuelos de seis nietos, el mayor de solo 10 años. Es la faceta que les apasiona en estos momentos: "A ambos se les cae la baba, son grandes abuelos. Esperanza ejerce mucho como abuela: les compra helados, les lee cuentos o por nada del mundo se pierde las fiestas del colegio de sus nietos u otros actos importantes para ellos", dicen sus más íntimos. "La verdad es que es la típica abuela que no puede resistirse a dar todos los caprichos que le piden sus nietos".
