El rey Felipe VI anunció este domingo que renunciaba a la herencia de su padre, el rey Juan Carlos, investigado por sus supuestas cuentas en Suiza. Se trata de una situación extraordinaria en una Casa Real pero no en Hollywood o Sillicon Valley, donde son muchas las caras conocidas que no reciben nada de sus progenitores.
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Es el caso de Paris Hilton o Tori Spelling. La nieta de Barron Hilton, el magnate que extendió la cadena hotelera de su padre y fue dueño fundador de la American Football League (AFL), murió en septiembre a los 91 años dejando una fortuna de 1.130 millones de dólares aproximadamente. El 90% lo destinó a su fundación benéfica; y el restante 10%, unos 100 millones, a repartir entre sus ocho hijos y 14 nietos a excepción de Paris, que fue desheredada cuando se publicó su famoso vídeo pornográfico.

Tori Spelling, la hija del famoso productor Aaron Spelling (90210 Sensación de Vivir), tan solo recibió 800.000 dólares de los 500 millones que dejó su padre. La actriz emprendió una batalla judicial contra su madre, a quien acusó de manipular a su padre, enfermo de Alzheimer.

Otros famosos, sin embargo, no necesitan trifulcas familiares ni distanciamientos para dejar a sus hijos sin herencia. El cantante Sting ha declarado en multitud de ocasiones que dejará a sus seis hijos sin nada ya que sostiene que tienen que trabajar. "No quiero dejarles una fortuna. Tienen que trabajar. Obviamente les prestaría ayuda si me la pidieran, pero ellos tienen la ética laboral que los impulsa a ser exitosos por sus propios méritos".

Algo parecido hará George Lucas; el director de la Saga Star Wars cree que la mejor herencia que un padre puede dejar a sus hijos es la educación y tan solo destinará un mínimo porcentaje de su fortuna (7.300 millones de dólares) para ellos.

Ashton Kutcher y Mila Kunis, que tienen dos hijos, tampoco los han incluido en su testamento. Es más, los niños de 4 y 2 años ni si quiera reciben regalos de Navidad: "Somos conscientes de que nuestra familia goza de una situación privilegiada y ellos deben aprender a ganarse las cosas", dicen. "Por supuesto, cuando crezcan y quieran montar un negocio, invertiremos en ello siempre que haya un buen plan detrás. Pero no queremos que se abandonen a esperar una herencia".
Bill Gates, fundador de Microsoft, ostenta una fortuna de cien mil millones de dólares pero solo destinará un 1% a sus tres hijos, es decir, unos 10 millones para cada uno. El resto será para su fundación benéfica: "No les hacemos ningún favor a nuestros hijos dándoles una gran riqueza".

Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, siguió los pasos de Gates y expresó que quiere dar sus millones a la caridad y publicaron una carta para sus hijas, Max y August, explicándoles porqué solo recibirán un 1% de su herencia: "Queremos que crezcáis en un mundo mejor que el nuestro hoy y haremos nuestra parte para que esto suceda, no sólo porque os amamos, sino también porque tenemos una responsabilidad moral con todos los niños de la próxima generación".

Elton John y su marido, David Furnish, tienen dos hijos a los que dejarán con 'lo justo': "Obviamente quiero dejar a mis niños en una buena situación financiera, una sólida. Pero es terrible dar a los niños todo lo necesario y más. Les arruina la vida. Las mayores alegrías provienen del trabajo duro, así es como ganas autoestima".

El último ejemplo de esta práctica ha sido Michael Douglas. Su padre, el mítico actor Kirk Douglas, murió el 5 de febrero a los 103 años, y dejó su inmensa fortuna (unos 61 millones de dólares) a instituciones como la Universidad St. Lawrence, el Templo Sinaí de Westwood, el Kirk Douglas Theatre de Culver City y el hospital de niños de Los Ángeles.
