Tres altos miembros de la familia real de Arabia Saudita, incluido el hermano del rey, han sido arrestados por razones no explicadas hasta el momento, aunque algunos medios afirman que los arrestados están acusados de traición. Dos de los hombres encarcelados estaban entre las figuras más influyentes del reino saudí. En la fotografía de arriba, Mohammed bin Nayef (derecha) y Mohammed bin Salman (izquierda), en 2015.
Las detenciones se entienden como una toma de control total del poder por parte del Príncipe Heredero Mohammed bin Salman, según ha dicho la BBC. Ya en 2017, decenas de figuras de la realeza saudita, ministros y hombres de negocios fueron confinados al hotel Ritz-Carlton de Riad después de que el príncipe heredero lo ordenara. Para recobrar su libertad tuvieron que pagar miles de millones de dólares. La operación se justificó como una guerra contra la corrupción aunque los críticos la entendieron como una advertencia y una forma de consolidarse en el poder.
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Mohammed bin Salman es, como mínimo, un personaje controvertido pero inmensamente poderoso por los recursos económicos, financieros y sobre todo petrolíferos que controla, además de ser un aliado estratégico esencial para Estados Unidos y la OTAN en Arabia. Considerado el gobernante de facto del reino después de que su padre lo nombrara príncipe heredero en 2016, Mohammed bin Salman ha detenido en esta ocasión a un hermano del rey, a un antiguo príncipe heredero y a otro de sus primos. Bin Salman había pactado con emir de Dubái la boda con su hija pequeña (hija también de Haya de Jordania), la princesa Jalila de 12 años. Recordemos que el Emir es considerado un torturador y un secuestrador por la justicia británica, después de ser acusado por su ex esposa.
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Al escándalo de pactar un matrimonio de conveniencia, de una niña, inaceptable desde el punto de vista occidental y de los Derechos Humanos, Mohammed bin Salman suma ahora la detención de varios miembros de la familia real por considerar que obstaculizaban su ascenso al trono.
Entre los arrestados están un hermano del rey Salman, de 84 años, el príncipe Ahmed bin Abdulaziz, y a un expríncipe heredero, sobrino del monarca, Mohammed bin Nayef, conocido como MBN, que habrían estado conspirando para destronar al rey Salman y así borrar sus planes para que su hijo le sucediera. The New York Times añade además un tercer detenido, el hermano menor del príncipe Nayef, Nawaf bin Naayef. Los tres estarían ahora acusados de traición y estaríamos ante una operación del actual máximo dirigente del reino para controlar todo el poder eliminando a sus posibles rivales.
Las detenciones tuvieron lugar en la madrugada del jueves al viernes cuando dos guardias de la corte real vestidos de negro y con máscaras que ocultaban sus rostros entraron en las viviendas de sus objetivos en un campamento en el desierto a las afueras de Riad, las registraron y se los llevaron detenidos. Varios miembros de la familia y un exalto funcionario estadounidense han confirmado las detenciones, pero sus nombres y apellidos deben permanecer anónimos por razones de seguridad.
El detenido príncipe Ahmed bin Abdulaziz fue durante un tiempo la alternativa de los críticos al príncipe heredero Mohammed bin Salman, de 34 años, y es el único hermano vivo del rey Salmán, ya muy mayor. Esto le convierte en una figura peligrosa para el príncipe heredero porque tanto él como el rey Salman son hijos del fundador del reino actual y hasta que el monarca designó heredero a quien ahora dirige los destinos de Arabia Saudí la sucesión había pasado de hermano a hermano.
El otro detenido, el expríncipe sobrino del rey, Mohammed bin Nayef, fue ministro del Interior y había recibido el visto bueno de Estados Unidos. Pero en 2017, el actual príncipe heredero le apartó de sus funciones y ya desde entonces estaba bajo arresto domiciliario.
Jamal Khashoggi, descuartizado
Pero el episodio más oscuro de los protagonizados por el príncipe lleva el nombre del periodista saudí Jamal Khashoggi, descuartizado y asesinado en el consulado de Arabia Saudí en Estambul. Las agencias de inteligencia estadounidenses señalaron al príncipe como la persona que ordenó el asesinato, aunque nunca lo admitió. Mohammed bin Salman también está involucrado y es considerado responsable del hackeo del teléfono móvil de Jeff Bezos, dueño de Amazon y del Washington Post, donde trabajaba y escribía Jamal Khashoggi.
Mohammed bin Salman no ha asumido la responsabilidad de estas nuevas detenciones, de las que el gobierno no ha explicado nada. Arabia Saudí, que acaba de retirarse de la guerra del Yemen, está afectada como el resto del planeta por el coronavirus, sufre el impacto del virus en la economía, en la bajada del precio del petróleo, la principal fuente de ingresos del reino. El príncipe además ha ordenado recientemente que se prohíban las peregrinaciones a La Meca, para evitar contagios, medida que ha sido mal entendida en el mundo musulmán.
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