Tamara Falcó se encuentra en su mejor momento, tanto profesional como personal, y ese bienestar también se nota en su físico. La hija de Isabel Preysler ha viajado a Lanzarote para desconectar unos días y ha lucido cuerpazo en bikini desde la playa, con unos marcados abdominales que han dejado boquiabiertos a sus seguidores.
La hermana de Enrique Iglesias lleva tiempo cuidando con mimo su físico a base de una dieta sana y un entrenador personal, además de alguna ayuda 'extra', tal y como nos confesó hace unos días: "Me cuido para mantener el peso adecuado que alcancé en la clínica Buchinger, donde van mami y Mario", dijo la nueva madrina del hotel de lujo Secrets Lanzarote Resort & Spa.
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El físico de Tamara ha sufrido un cambio radical en los últimos dos años. En 2017 protagonizó un visible aumento de peso, poco habitual en ella, y entonces confesó que sufría problemas de tiroides. El tratamiento médico tardó en hacer su efecto y la hija del marqués de Griñón emprendió una auténtica guerra contra la báscula. La joven diseñadora incluso canceló todos sus compromisos publicitarios: "No quiere que la vean, se siente mal con su cuerpo porque ella siempre fue más delgada", dijo un amigo cercano. "Me miro en el espejo y no me reconozco", corroboró ella.
Ahora, Tamara vuelve a sonreír. A sus 38 años vuelve a sentirse cómoda con su cuerpo y lo luce orgullosa. Sus seguidores y amigos están encantados: "¡Pero qué cuñada más cañón tengo!", ha escrito Fernando Verdasco junto a la imagen de Falcó.
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