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Kirk Douglas: dos esposas, 4 hijos, famosas amantes y un matrimonio de 66 años

Cuando nació, dos semanas antes de las navidades de 1916, la Gran Guerra asolaba Europa, la misma contienda que 40 años después retrataría de la mano de Stanley Kubrik en Senderos de Gloria, posiblemente el mejor relato antibelicista de la historia del cine.

Por entonces, hacia 1957, este judío moderado, nacido Issur Danielovitch Demsky, adepto al partido demócrata y siempre a favor del ala más progresista del partido, ya se había casado y divorciado de su primera mujer, la actriz Diana Love Dill, la madre de Michael y Joel Douglas. Por cierto que Diana Love Dill (que se casó otras dos veces) murió hace solo cinco años a la edad de 92 años.

Kirk Douglas se volvió a casar y su segundo matrimonio le ha durado toda su vida: la alemana Anne Buydens (nacida en Hanover en 1919) también es centenaria, y madre de otros dos hijos y hermanos de padre de Michael Douglas: Peter Douglas Eric Douglas, que falleció de una sobredosis a los 46 años.

Aparte de sobreponerse a la muerte de un hijo, Buyens también tuvo que vencer a un cáncer de mama. Y la apoplejía que sufrió Kirk Douglas, que le mermó su capacidad para hablar, fue otro episodio que les unió más aún. Kirk tuvo el coraje de volver a aprender a hablar con casi más de 90 años y no se retiró hasta 2008, con 91.

El libro de memorias de la primera mujer de Kirk, Diana, y titulado In the Wings (En las alas) fue un torpedo a la línea de flotación del mítico Kirk. Después de medio siglo de buenas relaciones, la madre de Michael Douglas describió al actor de Espartaco como un "drogadicto" y aseguró que tras su sonrisa y su hoyuelo de la barbilla había un "ave de rapiña sexualmente voraz". Cuando escribió las memorias, allá por 1999, su hijo Michael ya había sido internado en varias ocasiones por su potológica adicción al sexo. Por cierto que Diana Douglas admitió en su libro que ella, estando aún casada con Kirk, se acostó con Errol Flynn.

Ni que decir tiene que las memorias hicieron tanto daño y sentaron tan mal a Kirk Douglas que el actor dio un ultimátum a su hijo Michael y le amenazó con no acudir a su boda con Catherine Zeta-Jones si asistía su ex, o sea la madre de Michael, pero al final el protagonista de Instinto Básico y su hermano lograron convencer a su padres de que hicieran las paces.

Kirk Douglas, que a mediados y principios de los 50 era como ahora Brad Pitt, no entendió Buydens le rechazara la primera vez que quiso quedar con ella. Ella trabajaba como publicista y vivía en París cuando un fotógrafo amigo suyo le presentó a quien ya era una estrella consagrada de Hollywood durante el rodaje de la película Acto de amor (Anatole Litvak, 1957). "Voy a llevar a esta belleza a cenar al más romántico y caro restaurante de París, La Tour d'Argent. Seguro que va a aprobar mi buen gusto y mi capacidad de conseguir una reserva en el último minuto", contaba Douglas años después en una entrevista.

Pero la alemana Anne Buydens le respondió que prefería quedarse en casa y prepararse  unos huevos revueltos. "Es la mujer más difícil que he conocido. Vamos a ver, que yo era una estrella. y la invité a cenar y me dijo que muchas gracias, pero que estaba muy cansada", admitió Kirk.

Pero el protagonista de Senderos de gloria insistió y la conquistó: se casaron en 1954 y han estado juntos literalmente el resto de su vida. En 1956 ella le echaba tanto de menos le escribió esta carta: "Me siento triste y deprimida. No creo que nunca haya querido estar cerca de ti tanto como en este momento. El papel del baño es demasiado duro, el café es muy fuerte, los teléfonos son imposibles... ".

"No era realista esperar total fidelidad en un matrimonio"

La adicción al sexo de Kirk Douglas no fue seguramente tan marcada como la que admitió sufrir su hijo Michael pero eso no significa que fuera fie a su amada mujer durante siete décadas. Kirk Douglas mantuvo relaciones extramatrimoniales al menos con Rita Hayworth, Patricia Neal y la hija de Joan Crawford, Christina: "Kirk nunca trató de ocultarme sus tonterías. Como europea, comprendí que no era realista esperar total fidelidad en un matrimonio". Las peleas se sucedieron pero siempre se perdonaron.

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