Las pruebas de ADN han determinado que Alberto II de Bélgica es el padre biológico de Delphine Boël tras más de cinco años de intensa batalla judicial. La escultora y pintora es hija de la baronesa De Selys Longchamp, con la que Alberto II tuvo un escarceo amoroso mientras estaba casado con su esposa, Paola de Lieja. La herencia del sexto rey de Bélgica es uno de los asuntos que ahora quedan por determinar y promete traer grandes quebraderos de cabeza a la Casa Real belga.
Admitida legalmente la paternidad, las riquezas de Alberto II, que abdicó en su hijo Felipe en 2013, están en juego. La escultora de 51 años tendría derecho a recibir una sustanciosa cantidad de dinero, aunque no ocupará ningún lugar en la línea sucesoria de la monarquía. Esto es así porque la Constitución belga establece que solo los descendientes "directos, naturales y legítimos" podrán acceder al trono.
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En cuestiones de herencia, Delphine Boël se verá las caras con el actual rey Felipe, de 59 años, y con los otros dos hijos de Alberto II, Astrid de 57 y Lorenzo de 56, fruto de su matrimonio con Paola. En cuanto a las consecuencias legales, también queda por determinar el apellido que usará de aquí en adelante la artista. Hasta el momento tenía el apellido del marido de su madre, que actuó como su padre legal hasta este momento.

El escándalo salió a la luz en 1999, cuando la propia Reina Paola desveló en su autobiografía no autorizada que su marido había tenido una hija fuera del matrimonio, aunque no desveló su identidad. Delphine Boël reconoció después que era ella y en 2008 escribió una biografía en la que dio todos los detalles de la relación que habían mantenido Alberto II y su madre, la baronesa De Selys Longchamp. Los dos mantuvieron una aventura a finales de 1960, cuando Alberto y Paola, que todavía no tenían perspectivas de reinar ya que el trono lo ocupaba su hermano Balduino, llevaron vidas separadas durante un tiempo.
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El camino hasta reconocer legalmente la paternidad no ha sido de rosas, pues Alberto II se ha negado en más de una ocasión a someterse a las pruebas de ADN. Sus abogados han emitido un comunicado a partir de la agencia Belga, en el que anuncian que "El rey Alberto ha decidido poner fin con honor y dignidad a este doloroso proceso".

El rey también ve incoherente la lucha de Delphine por demostrar que él era su padre: "Más de cuarenta años después, la señora Delphine Boël ha decidido terminar su vínculo afectivo con su padre y cambiar de familia. Y eso a través de un proceso largo, doloroso y que se ha revelado como judicialmente contradictorio".
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