La duquesa de Sussex quiere vivir en una mansión de 2.000 metros cuadrados, valorada en 24 millones de euros y situada frente al mar, al oeste de Vancouver.

Se trata de una fabulosa edificación de cuatro alturas situada frente al Pacífico, y cuenta con seis dormitorios y cinco baños. La mansión está rodeada por un muro de seis metros de altura, una prioridad para los Sussex, obsesionados tanto por la seguridad como por la privacidad.

Está además ubicada en unza zona de moda entre gente joven con altísimo poder adquisitivo y, según publica la prensa británica, es un área tranquila donde los vecinos se respetan y valoran su privacidad.

El pequeño Archie y Meghan Markle esperan al príncipe en Canadá desde hace más de una semana. Harry podría viajar de forma inminente junto a su esposa y su hijo después de haberse reunido con su padre y con la reina Isabel II. Una vez allí, podrá echar un vistazo al nuevo hogar que la actriz de Suits ha elegido para comenzar su nueva vida al margen de la familia real.
