Se llama María Gámez Gámez y es la nueva flamante directora de los más de 79.000 guardias civiles, un cuerpo en el que las féminas representan actualmente no más del 7,5 %. Es la primera mujer en dirigir la institución en los 175 años de historia del Cuerpo, fundado por el duque de Ahumada en mayo de 1844. Considerada una experta en asuntos jurídicos, ha ocupado diversos cargos orgánicos dentro del PSOE y fue ya la primera mujer en ejercer el cargo de subdelegada del Gobierno en Málaga, en 2018. Gámez sustituye a Félix Azón en el cargo y será el director número 86.
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El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska comenzó este martes la remodelación de su departamento y era conocida su intención de poner a una mujer al frente de la Guardia Civil. Finalmente ha logrado vencer los manifiestos recelos de Defensa y Gámez se convierte en la primera directora del cuerpo. De momento, la Asociación Unificada de Guardias Civiles en Málaga ha valorado positivamente el nombramiento.

Gámez nació en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y el 29 de este mes de enero cumple 51 años. Es hija del farero de Estepona, la pequeña de once hermanos y aunque nació a orillas del Guadalquivir, se crió en Estepona. El casi centenar de escalones del faro le enseñó a comprender que la vida es cuestión de esfuerzo, de constancia, y de saber seguir la luz correcta. Nunca oculta sus orígenes humildes, a veces tirando de ironía, como cuando recordaba que "aunque procedían de un ambiente tradicional", sus padres "decían que no podían ser conservadores porque no tenían nada que conservar". Todos echaban una mano para completar el salario del padre, desde hacer camas en hoteles a cuidar a los hijos de los veraneantes.

La primera vez que María Gámez se enfrentó a una cámara tenía las rodillas manchadas de grava. No era la candidata socialista, ni subdelegada, sino la niña que traía margaritas, la hija del farero. Su hermano estaba obligado a correr para grabar su imagen en la doméstica Super 8. María Gámez llegaba hasta los límites de Punta Doncella, jugaba por el cerco de la alambrada mientras su padre guiaba a los barcos. En casa la tenían en un pedestal. Su familia es de Málaga, pero se pasó unos años dando bandazos, recorriendo punto por punto la extrañeza de los faros. Uno de sus hermanos recuerda la nostalgia de la familia en las islas Cíes, la necesidad de regresar a la calle Victoria, que finalmente se produjo, aunque no en unas circunstancias afortunadas. El farero enfermó de la pierna y tuvo que jubilarse.
Estudió Bachillerato gracias a un benefactor anónimo
Si María es María se debe en parte a un milagro, a un hombre empeñado desde el anonimato en ocuparse de los estudios de la mejor alumna del centro. El misterioso filántropo nunca ha dado a conocer su identidad, pero se sabe que era padre de una alumna en el colegio de La Sagrada Familia en Málaga capital, que tras conocer a través de las monjas la escasez de recursos de la familia, le pagó los estudios.
Posteriormente, trabajando y estudiando al mismo tiempo, a los 19 años y en tercero de carrera, no le quedó más remedio que compaginar los estudios con el trabajo y comenzó como interina en la Delegación de Agricultura. Se licenció en Derecho por la Universidad de Málaga. Por la mañana cumplía con las labores de auxiliar administrativa en la delegación de Agricultura. A la tarde la esperaban los apuntes y las grabaciones rudimentarias de las clases. Gracias a su tesón y capacidad llegarían las becas para terminar la carrera de Derecho, con sobresalientes. Y también se diplomó en Alta Dirección de Empresas por el Instituto Internacional San Telmo.
Funcionaria del Cuerpo Superior de Administradores Generales de la Junta de Andalucía, comenzó su actividad profesional como funcionaria en la delegación de Agricultura y Pesca de Málaga, posteriormente trabajó en la Oficina del Defensor del Pueblo en Sevilla entre 1992 y 1994. Prestó servicio en la Delegación de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía en Sevilla entre 1996 y 1997. Posteriormente, se incorporó a la Delegación de Trabajo e Industria de la Junta en Málaga, posición que ocupó entre 1997 y 1998, para asumir desde 1999 labores como asesora de Relaciones Laborales en la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía en Málaga, durante tres ejercicios. Además, entre los años 2002 y 2004, fue jefa de servicio de Planificación de Recursos en la Delegación de Salud de Málaga. "Conoce la administración a la perfección porque ha trabajado mucho, desde los puestos más bajos", dicen de ella. Los más cercanos a María recuerdan que accedió a su primer cargo, en la delegación de Innovación, del 2004 al 2008, por su destacado papel como funcionaria.

Ecologista y feminista convencida
Separada y con tres hijos, Gámez es una ecologista y feminista convencida -no se pierde una manifestación o concentración feminista-, además de europeísta. Ha trabajado por la recuperación de la memoria histórica, especialmente la relacionada con mujeres, y, sobre todo, la de Victoria Kent, que fue la primera mujer en entrar a un Gobierno de España en 1931 como directora general de Prisiones. Aficionada a las nuevas tecnologías, abrió en 2007 un blog personal. Y en 2011, fue considerada la política andaluza más activa en redes sociales.
La nueva jefa de la Guardia Civil defiende en su cuenta de Twitter: "La política es un estado transitorio. La lucha por la justicia, una batalla permanente. Mi lugar en el mundo, Málaga". Su nuevo cargo supone un espaldarazo político para María Gámez, aunque también conllevará implicaciones personales como supone trabajar en Madrid y tener que viajar más.

Se confiesa devota de Camarón, Bruce Springsteen y Nina Simone; le puso el nombre de esta última a su hija. Y es fiel seguidora de los éxitos de Antonio Banderas. Hace unos días felicitaba al actor por su nominación a los Óscar por su actuación en Dolor y gloria, la última película de Almodóvar, pero también le aplaudía por su éxito en los premios Forqué, igual que a otros malagueños renombrados como Antonio de la Torre y Belén Cuesta por su Trinchera infinita. Y al director malagueño Pablo Barce por su corto El nadador.
Enhorabuena @antoniobanderas ! Desde tu #Málaga ya te reconocemos tu valía como actor y la de todo el equipo de la película, ahora cruzamos los dedos por ambos!!! https://t.co/lde3oMf8nC
— María Gámez Gámez (@Maria2Gamez) 13 de enero de 2020
Socialista por convicción
A diferencia de Azón, el perfil de Gámez es claramente político. Se sentía socialista, pero no fue hasta el 2004 cuando se afilió al PSOE. Su salto al primer plano político llegaría ese año. Ha sido vocal de la Ejecutiva Federal del PSOE, secretaria de Sanidad de la Ejecutiva regional andaluza y presidenta del partido en Málaga. Se presentó en dos ocasiones a la alcaldía de Málaga, en 2011 y 2015, y perdió. Dejó la política en 2016, pero volvió dos años después- con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno-para ocupar el puesto de subdelegada del Gobierno, donde también fue la primera mujer en ocupar el cargo. Su trabajo al frente de la subdelegación del Gobierno de Málaga y el de su equipo fueron relevantes durante el rescate de Julen, el niño de dos años y medio que cayó en un pozo a 71 metros de profundidad en Totalán (Málaga), el 13 de enero de 2019. Su gestión entonces le valió numerosos apoyos y una enorme proyección mediática, aunque la dejó tocada en el plano personal y no pudo esconder las lágrimas tras el rescate del cadáver después de 13 días de enorme tensión.

En este tiempo mantuvo una relación muy directa con los cuerpos y fuerzas de seguridad, a los que siempre ha situado como "referentes, ejemplares y los verdaderos garantes del Estado de derecho", en una provincia que cuenta con particularidades como su proximidad con el norte de África y los movimientos migratorios; además de la constante lucha contra el narcotráfico, y la cada vez más evidente presencia de organizaciones delictivas en zonas como la Costa del Sol Occidental. Su labor hasta ahora ha sido discreta, cogiendo el protagonismo justo en los momentos en que era el adecuado y coordinando dos cuerpos que están multiplicando su eficacia ante los retos de seguridad que tiene abiertos.

Si hubiera que ponerle algún pero, sólo apuntar que María Gámez figura entre los alumnos de un curso de alta de dirección becados con una ayuda investigada por el Cuerpo que dirigirá a partir de ahora. La concesión de esta subvención a la Fundación San Telmo se investiga en una pieza del 'caso ERE'. Cuando Gámez fue candidata a la Alcaldía de Málaga, en junio de 2015, tuvo que dar explicaciones por esa 'beca'. Entonces explicó que la Delegación del Gobierno de la Junta en Málaga le ofreció ese curso y que ella lo aceptó para completar su formación como funcionaria de carrera. Según su relato, no recibió ninguna información por escrito sobre los cursos ni tuvo que abonar nada. Tampoco preguntó cómo se financiaba esa formación. "Era ofertada por la Junta, así que no vi nada preocupante", justificó entonces. Se trata de una de las más de 200 ayudas concedidas por la Dirección General de Trabajo y Seguridad Social de la Junta de Andalucía que ha investigado la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el Cuerpo cuyas riendas llevará Gámez a partir de ahora. Claro que la eventual responsabilidad penal alcanzaría a los altos cargos que participaron en la concesión de la ayuda y el pago del dinero y a los solicitantes de la misma, pero nunca sobre los alumnos que se beneficiaron de esa subvención al cursar los estudios sin tener que sufragarlos de su propio bolsillo: unos 4.300 euros por persona.

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