¿Es posible pertenecer a la corte británica y a la vez tener una vida aunque sea ligeramente privada? La respuesta es no. Actualmente los miembros de esta familia real pueden elegir entre disfrutar de los enormes privilegios de su clase y condición a cambio de una vida extremadamente pública o, como han decidido los duques Sussex, poner tierra de por medio y desparecer de ese enrevesado 'cuento de hadas' que supone apellidarse Windsor.
Precisamente la excesiva presión mediática en un país donde la prensa sensacionalista escruta hasta el más mínimo pestañeo de su familia real ha resultado insoportable para el príncipe Harry y sobre todo para Meghan Markle, menos acostumbrada al ajetreo real.
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A ello se suman las férreas normas de los Windsor y la difícil relación que mantienen con los duques de Cambridge, los herederos. Los duques de Sussex han tomado su decisión: renuncian a sus privilegios y a una asignación de 2,3 millones de euros a cambio de que se les deje en paz. Dinero y medios no les van a faltar.

Probablemente durante su estancia en Canadá estas navidades, los dos han disfrutado de la tranquilidad tan deseada y han hecho números. Efectivamente pueden prescindir del sueldo real y mantener un tren de vida de lujo y fantasía. El patrimonio de Harry asciende a 46 millones de euros (30 heredados de la princesa Diana) y Meghan tendría unos 5 millones de libras esterlinas. Sí, son 'financieramente independientes'.
¿Por qué soportar entonces todas esas obligaciones, compromisos y persecuciones mediáticas cuando pueden vivir como reyes en Canadá o EEUU sin que nadie les moleste demasiado?
Según la BBC, el Palacio de Buckingham está "decepcionado" con el proceder de la pareja y los herederos, los príncipes Carlos y Guillermo, están furiosos. Además la reina Isabel II ha respondido en un comunicado que las conversaciones están en una "etapa temprana".
En el aire están aspectos tan importantes como una posible mudanza a Canadá, el nuevo encaje en la familia real británica, los nuevos trabajos para ambos, la seguridad o la conservación de sus títulos.

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Un rumbo incierto, pero seguro, para una pareja que ha dado numerosos titulares. Ha habido de todo: polémicas familiares, como el enfrentamiento con los duques de Cambridge; entender el nacimiento de su primer hijo, Archie, como un acto "privado" cuando nada es precisamente privado; escándalos varios por los excesivos gastos de la pareja; y el inicio de medidas legales contra la prensa británica. Además, el padre de Meghan aprovechó cada oportunidad para lucrarse vendiendo fotografías a la prensa mientras se preparaba para la boda de su hija.
Thomas Markle y su afán de lucro
Días después de ser pillado falseando fotografías, no acompañó a Meghan al altar aludiendo un problema cardíaco, pero sí pudo conceder entrevistas a la prensa en las que se presentaba como una víctima del esnobismo de su hija. Incluso llegó a filtrar una carta que le mandó. Era echar más leña al fuego.
Acciones legales contra la prensa
En conversación con ITV News, durante un viaje oficial a África, Meghan reconoció haberse sentido acosada por las críticas recibidas en los medios, algo de lo que sus amigos ya le avisaron antes de casarse con el príncipe. "Me advirtieron que los tabloides británicos destruirían mi vida", dijo entonces.

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En el mismo viaje, los duques decidieron emprender acciones legales contra la editorial de The Mail on Sunday por la publicación de la carta de la duquesa a su padre, y Harry acusó a los tabloides de emprender y mantener una campaña "despiadada" contra su esposa, en la que veía "el mismo juego" que acabó con la vida de su madre, la princesa Diana de Gales.
Problemas con los Cambridge
Lo que empezó como un lío de celos entre cuñadas acabó siendo un distanciamiento real. Harry realizó unas declaraciones insólitas sobre su hermano, el heredero al trono: "Inevitablemente suceden cosas. Pero somos hermanos, siempre seremos hermanos. Ciertamente estamos en diferentes caminos en este momento", dijo entonces añadiendo que tenían "días buenos" y otras veces "días malos".
El supuesto apoyo al aborto
No habían pasado ni 100 días desde que Meghan adquiriera el título de Duquesa de Sussex cuando una diputada irlandesa aseguró que Meghan estaba "contenta" con la despenalización del aborto en el país. Un desliz imperdonable porque los miembros de la familia real británica tienen prohibido hacer públicas sus opiniones políticas.

Embarazo "ecografiado"
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Tras el anuncio de su embarazo, las polémicas arreciaron. Los supuestos planes de Meghan para dar a luz en su casa o su deseo de criar a su hijo en "género neutro" aumentaron la tensión. Además, la decisión de presentarlo oficialmente solo cuando ellos creyeran oportuno enfadaron a la ciudadanía británica
Una duquesa difícil
Por último, tampoco parece que Meghan encajara bien en la Casa Real, ni siquiera con el personal a su servicio. Su guardaespaldas, la niñera y el asistente personal dimitieron por "la imposibilidad de entenderse con ella". 'La duquesa difícil' es el apodo que recibió.

Por fin, exhaustos y 'magullados' por las polémicas y el ataque incesante de la prensa, han tirado la toalla y renuncian a su sueldo y deberes con la Familia Real británica.
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