Jesús Vázquez y su marido sufrieron en 2019 el embate de la Agencia Tributaria, que les ganó en los tribunales una grosera cantidad de dinero, cercana a los tres millones de euros. Ahora bien, el presentador de las Campanadas en Mediaset, junto a a Paz Padilla, daría la verdadera campanada si lograra, como otros famosos, combatir a su favor la sentencia como han hecho otros famosos perseguidos por Hacienda, como Xabi Alonso o Borja Thyssen.
Este es el año de la guerra para Jesús Vázquez porque la batalla en los juzgados continúa y el botín es casi la mitad de toda su fortuna. Jesús Vázquez, más allá de dar las campanadas o presentar programas importantes para Mediaset, o de ahcer anuncios por los que cobra cantidades astronómicas, como el de Jazztel, es propietario de Bopreci SL, una empresa dedicada a "actividades profesionales" que cuenta con un activo de 6,9 millones de euros, con unos ingresos de 2,6 millones de euros en el ejercicio de 2018, y unas pérdidas de 121.000 euros. Vázquez y su marido son los administradores de la compañía desde su creación, en 2005, y socios al 50%, según datos registrales.
Esta compañía estuvo en el punto de mira de la Agencia Tributaria, que reclamaba 2,8 millones de euros al presentador porque Hacienda argumentaba que la había usado para pagar menos impuestos. El caso de Vázquez es similar al de otros periodistas, presentadores, actores, que presuntamente han usado sociedades sin actividad real para tributar como sociedad y ahorrarse impuestos.
Casi tres millones a pagar a Hacienda
En julio conocíamos que el presentador había sido sentenciado por la Audiencia Nacional a pagar la cantidad de 2,8 millones de euros a Hacienda, después de que el fisco diera la razón a la Agencia Tributaria, asegurando que el presentador y su marido habían utilizado sociedades ficticias a través de las cuales percibían parte de sus ingresos, tributando por sociedades y no por el IRPF.
La sentencia afirma que "durante los años 2006 y 2007 la citada sociedad Bopreci facturó más de 4 millones de euros a clientes en concepto de servicios profesionales, cuando era el propio Vázquez el que ejercía como de presentador, colaborador o como imagen publicitaria para las marcas".
El propio Jesús dijo que su empresa sí tenía actividad real, la de "vender la imagen del demandante y que para ello era necesaria una labor de crear, cultivar, mantener y saber vender dicha imagen", labor de la que se encarga Roberto Cortés, su marido desde hace 19 años. Su economía y todo lo relacionado con su faceta profesional lo lleva a cabo el empresario, asesorado siempre por sus abogados de confianza.
La sentencia anuló el argumento de Vázquez de que "la sociedad no cuenta con ningún medio material" porque tiene su sede en el chalé de la pareja y según los inspectores su estructura interna es solo doméstica y no hay una oficina propiamente dicha, no tenía más empleados y "el vestuario, el utillaje y los medios de transporte van por cuenta de Telecinco".
Para el tribunal, Bopreci no aportaba nada y el veterano presentador podría haber cobrado directamente de Telecinco. "El servicio que presta Bopreci para los terceros es el mismo que presta Jesús Vázquez para la entidad, servicio que por su naturaleza personalísima no podría prestar esta sino a través del demandante".
La audiencia determinó que "la entidad no tenía otra actividad que la que se realizaba a través del demandante, ni disponía de medios específicamente afectos al ejercicio de esta actividad personalísima del demandante, de modo que su única justificación era el ahorro fiscal", concluía la sentencia, contra la que Vázquez y su marido recurrieron.