La cantante Marie Fredriksson, que falleció este miércoles a los 61 años a causa de un tumor cerebral, ha dejado una gran fortuna a sus hijos Inez Jesefin (26) y Oscar (23). También se beneficiará su viudo, Mikael Boylos, que la acompañó en sus mejores y peores momentos. Todos ellos han querido permanecer este tiempo en el anonimato y así seguirá siendo a juzgar por la íntima y familiar despedida que le dieron a la artista, que logró vender 75 millones de discos con su banda Roxette.
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La cantante sueca llevaba casi 20 años luchando contra un tumor cerebral que fue detectado en 2002. Durante su batalla, la vocalista de Roxette sufrió algunos altibajos y en la última tuvo problemas de visión y movilidad que le obligaron a interrumpir su gira y despedirse así de los escenarios.
La banda Roxette tenía muy buena relación con la casa real sueca y actuó en estadios y ceremonias reales. En 2003, Carlos Gustavo de Suecia le dio un premio como la mejor banda musical de Suecia. Roxette fue fundada en 1986 por Fredriksson y el compositor Per Gessle, que hicieron de ella una de las bandas suecas de mayor éxito internacional.
