La actriz Salma Hayek (53) siempre se ha manifestado en contra de los retoques estéticos, pero la mexicana quiso probarlos hace unas semanas para meterse de lleno en su nuevo papel protagonista en Like a Boss. ¿El resultado? Para no repetir.
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Salma Hayek quería experimentar qué se sentía al infiltrarse en los labios y pómulos para meterse aún más en el papel de Claire Luna, una mujer millonaria gracias al mundo de los cosméticos, en la que la actriz se convertirá en su nueva película.
"Estaba muy emocionada porque nunca había hecho nada parecido. Quería ver qué sucedía", ha confesado Salma en Entertaiment Tonight. Según la actriz, el dermatólogo le advirtió de las consecuencias del procedimiento: "No sé si vas a estar feliz porque va a doler mucho", le dijo el doctor. Pero ella no se dio por vencida y se atrevió con las punciones: "Puso la primera aguja en mi labio y de inmediato dije 'No, olvídalo'", confesó la actriz.
Finalmente, para lograr el aspecto deseado en la película, Salma optó por una alternativa: ponerse dientes falsos, algo mucho menos agresivo que el bótox.
Salma Hayek, que está casada con el magnate Françoise Henri-Pinault y es madre de una hija, es una defensora de la belleza natural. A sus 53 años, es una de las actrices más prestigiosas de Hollywood y uno de sus secretos ha sido siempre no hacerse retoques estéticos: "Mi mamá siempre me ha demostrado la importancia de envejecer con gracia. Nunca la vi a ella o a mi abuela con miedo por envejecer, así que yo tampoco tengo ese miedo", contó a In Style.
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