Un año más, y como cada 10 de diciembre, la familia real sueca ha lucido sus mejores galas para acudir a la entrega de los prestigiosos Premios Nobel. En esta ocasión, la princesa Victoria ha acaparado todas las miradas con un llamativo modelo black & white de Selam Fessahaye que no ha dejado indiferente a nadie: "No tenía que ponerse para la ceremonia y se puso un edredón de Ikea", dicen en redes.

El vestido es, cuanto menos, original: realizado con telas gruesas, tiene escote corazón y mangas asimétricas, siendo la derecha abullonada y la izquierda caída. La cintura está decorada con una gran flor y una sobrecapa blanca que cubre toda la parte posterior de la falda. El modelo ha dejado ojipláticos a algunos internautas: "Ha cogido la funda del sofá de palacio y la lleva de vestido", dice una.
princesa herdeira da suécia pega capa de sofá da sala de seu palácio e usa como vestido, entenda pic.twitter.com/oTpwKWvXRW
— Victoria ???? (@sapphirecoronet) December 10, 2019
Y en otro orden de cosas, SAR la Princesa Heredera Victoria de Suecia no tenía que ponerse para la ceremonia de los Nobel y se chantó un edredón de Ikea. Eso sí, con la magnífica Tiara Fringe de Baden. pic.twitter.com/iDzZGc0OCa
— Cuántos pares (@sontresbotas) December 10, 2019
Valoraciones aparte, la heredera de la corona sueca ha combinado su vestido con la tiara Fringe, compuesta por 47 de diamantes que imitan los rayos de sol. Aseguran que es la favorita de la princesa, pues fue un regalo de los duques de Baden a su hija, Victoria, con motivo de su enlace matrimonial con el que después sería Gustavo VI de Suecia. A juego llevaba un collar de diamantes, pendientes y un broche en forma de flor que sujetaba la banda de la Orden de los Serafines, la más importante de Suecia.
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Pero Victoria no ha sido la única en lucir galas y joyas. Su hermana, la princesa Magdalena, ha asistido a la ceremonia con un magnífico vestido rosa fucsia entallado y escote 'palabra de honor' que ha adornado con la espectacular tiara Kokoshnik, una exclusiva pieza compuesta por cinco aguamarinas de diferentes tamaños engarzadas en un entramado de diamantes, a juego con los pendientes.

Su cuñada, Sofía Hellqvist, ha optado por un vestido azul con hombros al descubierto y mangas abullonadas de la diseñadora sueca Emelie Janrell, que dejaba ver un tatuaje en la parte alta de la espalda. Sofía ha escogido la tiara que sus suegros le regalaron por su boda con Carlos Gustavo de Suecia pues, según las malas lenguas, la reina y sus hijas no le permiten utilizar las demás. El diseño original está rematado por pequeñas esmeraldas, pero pueden sustituirse por perlas o turquesas, como ha sido el caso.
